La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló en 2023 que, en promedio, las personas pasan menos de 1 hora al año con un profesional de la salud, frente a más de 8.700 horas al año practicando el autocuidado. Estos datos reflejan una necesidad urgente de fortalecer los servicios de salud mental y aumentar la conciencia sobre la importancia del autocuidado y la intervención temprana en problemas de salud mental en Colombia.
La salud mental laboral es un componente clave de la salud preventiva y se refiere al bienestar integral de los trabajadores. Lamentablemente, este bienestar suele deteriorarse en los profesores, lo que representa una situación preocupante.
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Los docentes que padecen ansiedad o estrés por diversas razones deben abordar la educación emocional. Porque el cerebro de los niños capta las emociones negativas de una persona que sufre de estrés crónico, lo que lleva a una comprensión implícita de estas emociones.
Las emociones son contagiosas, y un profesor que sufre del síndrome de burnout puede perder la sensibilidad necesaria para atender las emociones de sus alumnos. Por ello, proteger la salud mental de los profesores no solo es esencial para su propio bienestar, sino también para garantizar un entorno emocional saludable para los estudiantes.
Es fundamental generar espacios donde los docentes puedan recibir escucha activa, contención emocional y apoyo mutuo. Además, es importante reconocer que el bienestar del maestro no se reduce a un solo aspecto, sino que abarca múltiples dimensiones: emocional, intelectual, social, tecnológica, espiritual, física y económica. Un docente con un bienestar integral estará mejor equipado para enfrentar los desafíos de su profesión y ofrecer una educación de calidad a sus estudiantes.
Los maestros en Colombia se enfrentan a diversos desafíos que afectan su salud mental, entre los que se encuentran:
Las barreras contextuales en las instituciones educativas a menudo impiden que se proporcionen las condiciones adecuadas para el cuidado de la salud mental de los docentes. Además, el estigma social y la falta de conocimiento en torno a la importancia de la salud mental hacen que muchos profesores no busquen la ayuda que necesitan. A esto se suma que muchos docentes no son plenamente conscientes de la importancia de cuidar su bienestar emocional ni de las estrategias que pueden adoptar para hacerlo. La carencia de recursos y programas especializados para atender sus necesidades agrava la situación.
Un estudio de la Universidad Federal do Río Grande do Norte, citado por el Tec, reveló que el 46 % de los maestros de bachillerato fueron diagnosticados con somnolencia diurna excesiva. Además, el 51 % reportó tener una mala calidad de sueño, lo que no solo afecta su rendimiento, sino que también impacta los resultados académicos de sus estudiantes.
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Por otro lado, otro análisis muestra que los docentes que experimentan altos niveles de estrés y síntomas de depresión generan un ambiente negativo en el aula, lo que repercute en el bajo rendimiento y la motivación de sus alumnos.
¿Cómo podemos lograr una buena salud mental?
Frente a la compleja realidad social que afecta a los docentes, la importancia de hallar métodos eficaces para gestionar el estrés, la incertidumbre y el nerviosismo se vuelve cada vez más evidente. Entre las recomendaciones más valiosas se encuentran la práctica regular de ejercicio, una alimentación equilibrada y el respeto por las horas de sueño. Estas actividades desempeñan un papel fundamental en la relajación del cuerpo y el mantenimiento de la salud emocional. A lo largo de la vida, los seres humanos se ven enfrentados a diversas circunstancias que pueden afectar su bienestar mental y físico.
Según, la doctora Ana Milena Isaza, médica psiquiatra y vocera de Heel Colombia “Situaciones como problemas del sueño deben ser controlados o regulados, porque se necesita que el cortisol esté bajo en la noche para poder dormir y profundizar en el sueño y de esta manera tolerar los cambios emocionales.”
No se puede generalizar en cuanto a los efectos que puede tener la incertidumbre en la salud mental, ya que, cada una responde de manera diferente, lo cierto es que hay señales que indican que se debe acudir a un profesional e iniciar un tratamiento.
Destaca que los beneficios de una adecuada regulación emocional abarcan “la disminución de los síntomas emocionales, hacer una adecuada reinterpretación de la realidad, y claramente, reducir los niveles de cortisol. Este equilibrio emocional también puede complementarse con el uso de medicamentos biorreguladores, como Neurexan, que puede ayudar en momentos específicos.” Concluye la doctora Isaza
A nivel institucional, los centros educativos deben crear espacios donde los docentes reciban apoyo emocional, escucha activa, una buena comunicación y contención. Es fundamental capacitar a los profesores en estrategias para gestionar el estrés y enfrentar situaciones emocionales difíciles.
Además, a nivel social, es crucial sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar la salud mental de los docentes. La sociedad debe reconocer el valor de su labor y entender que su bienestar mental es clave para garantizar una educación de calidad.
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