Aunque el motivo principal de la sesión 154 del Consejo Nacional de Reincorporación fue abordar las necesidades de los firmantes de paz en Catatumbo, los avances en la implementación de la Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en el nuevo proceso de pacificación con las disidencias del frente 33 de las Farc, así como la posibilidad de retomar diálogos con el Eln, no quedaron exentos de la agenda.
En este sentido, Gloria Quiceno, negociadora del Gobierno Nacional para lo diálogos con el Estado Mayor de los Bloques y Frentes; y el almirante Orlando Romero, miembro de la delegación del Gobierno Nacional en la mesa de negociación con el Eln, hablaron de los avances en cada uno de estos procesos en el foro ‘La paz que resiste’.
Luego de la expedición de la resolución 161, por medio de la cual se estableció la creación de la ZUT para la disidencias del frente 33 de las Farc, Quiceno señaló que la medida reviste una serie de desafíos para el Gobierno Nacional.
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Quiceno citó entre los retos más importantes dar cumplimiento del Pacto Catatumbo, avanzar en la sustitución de cultivos ilícitos, proteger los líderes y liderazgos del territorio, “pues es la comunidad de esa región la que nos ha abierto la puerta a la ZUT”, dijo; además de salvaguardar la vida y la honra y hombre de los firmantes de paz.
El manejo de la seguridad es otro de los desafíos que enfrenta la construcción de paz en el Catatumbo, en este sentido, Quiceno partió del principio de que este aspecto no es responsabilidad de ningún actor armado, sino que es exclusivo del Estado.
“En eso no nos podemos equivocar, ningún acuerdo de paz tiene como propósito garantizar la seguridad”, dijo la delegada de la mesa de diálogo con los Bloques y Frentes.
Señaló que es la Fuerza Pública la que tiene esa responsabilidad, aunque indicó que debe ser una fuerza pública que respete los derechos humanos, que respete la población, que sea cercana a las poblaciones, a las organizaciones.
Dijo que estos temas se van a abordar con las comunidades en esta región de paz que se define en Tibú, en la que también deben establecerse los protocolos para dejar las armas, “pero también necesitamos que el otro actor armado garantice que tampoco lo va a hacer, las balas son las que le hacen daño al Catatumbo, la guerra hay que desterrarla”, sostuvo Quiceno.
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