En la misma línea se pronunció William Gómez, exalcalde de San Antonio del Táchira, quien manifestó su preocupación “por las personas que viven del día a día, de los que viven del comercio al menudeo, así como de los transportistas”.
En este sentido, abogó porque el cierre se cumpla hasta el lunes 13 como está previsto y que no termine extendiéndose como en ocasiones anteriores, por meses o años.
Miguel Rosario señala además que será determinante la forma cómo serán las relaciones diplomáticas ahora, toda vez que Colombia, a través de la Cancillería, ha cuestionado el proceso electoral en Venezuela, por la no revelación de las actas que certifican el triunfo de Nicolás Maduro, pero que aún así se decide a mantener las relaciones comerciales y sociales.
“Es una postura muy particular y atípica, pero en la que se ponen por encima los intereses de las personas que viven en frontera”, señaló el analista.
No perder el terreno ganado
Esa postura “particular y atípica” que refiere Rosario tiene que ver con el cierre “exitoso” que tuvo Colombia en 2024 en materia de exportación, al registrar ventas por más de 1.000 millones de dólares, lo que representó el incremento de un 47% respecto a 2023.
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Al respecto, Clara Pardo, profesora titular de la Universidad del Rosario, señaló que este repunte muestra no solo la reactivación económica, sino también es una lección de diversificación, pues señala que Colombia no debe depender exclusivamente de este mercado, sobre todo por las “fluctuaciones políticas”.
“Las fluctuaciones políticas generan un impacto en las importaciones y exportaciones. El tema es definir cómo se han gestionado las negociaciones para generar un impacto menor y esperar cómo se dan estos temas para proteger a los exportadores y garantizar que se realicen los pagos de acuerdo a lo pactado”, dijo la catedrática.