La soledad fue la reina este jueves nueve de enero en los puentes que comunican a Colombia y Venezuela, específicamente los que conectan a Norte de Santander con el estado Táchira.
La dinámica habitual de un día de semana cualquiera se vio menguada fundamentalmente por el clima de tensión política y social que se vive en Venezuela, donde hoy está prevista la juramentación del nuevo presidente de la república.
La Opinión conoció que en San Antonio del Táchira aumentó la presencia de efectivos militares, además de tanquetas y vehículos antimotines, que incrementaron la desconfianza en el ambiente, incidiendo directamente en la reducción sustancial del flujo de personas.
Entre las razones señaladas por los pocos transeúntes que se desplazaban por los pasos Simón Bolívar, Atanasio Girardot y Francisco de Paula Santander sobre la poca movilidad, destacó principalmente el temor que existe es, no tanto por un repentino cierre de frontera -medida descartada de momento- sino de ser víctimas de detención arbitraria por parte de funcionarios de la fuerza pública venezolana sin motivo alguno.
Desapariciones ¿forzadas?
A propósito de este modus operandi que estarían implementado los organismos de seguridad de Estado venezolano en la frontera con Colombia, al pie del puente Francisco de Paula Santander, en El Escobal, un grupo de personas protestaban de manera pacífica por la desaparición de cuatro ciudadanos colombianos, presuntamente en medio de esos operativos relámpago de captura.
Vestidas con camisetas blancas y mostrando carteles con las imágenes de sus seres queridos, las madres y esposa de estos hombres pidieron ayuda a las autoridades colombianas y venezolanas, para localizarlos.
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Zoraida Martínez es madre de Jesús David Tarazona Martínez, el auxiliar de la Policía de 19 años, desaparecido desde el dos de enero, cuando fue a Ureña con un amigo a buscar su moto, pero ya no regresó.
La última imagen que tiene de su hijo es la que muestran las cámaras de seguridad, ubicadas en el punto de control de la Guardia Nacional a la entrada de Ureña. “A las 7 y 13 de la mañana lo vemos cuando pasa para allá, pero ya luego no lo vemos regresar más”, contó la angustiada madre, que solo pide saber dónde y quién tienen a su hijo.
Martínez indicó que ya se acercó a preguntar a sedes de guardia venezolana en Ureña y un familiar hizo lo propio en Caracas, “pero en ningún lado lo tienen”, dijo.
Blanca Nuvia Márquez es la madre de José Ángel Silva Márquez, quien desapareció junto a Jesús David, cuando lo acompañó a buscar la moto.
“Queremos que nos den alguna información, ya hoy (ayer) ocho días, y no sabemos nada de ellos. Nos dicen que esperemos, pero somos madres y no podemos sentarnos a esperar, ya no podemos más”, dijo la mujer entre lágrimas, asegurando que ya radicó denuncia en Fiscalía y en todas las entidades correspondientes.
En poder de la PNB
Dionel López y Juan Zúñiga son los otros dos hombres que se encuentran desaparecidos. Su rastro se perdió la tarde del seis de Reyes, cuando cruzaron desde Cúcuta hacia Ureña para resolver unos asuntos familiares de López, comerciante del barrio La Fortaleza.
Sin embargo, a diferencia de los jóvenes desaparecidos el dos de enero, Mónica García, esposa de Daniel López, cree que su esposo está en poder de las fuerzas de seguridad venezolana, porque el pasado miércoles le llegó un mensaje de voz del hombre, en el que tras identificarse, le dijo que se encontraba bien y que lo llevaban camino a Caracas para presentarlo en tribunales.
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Asimismo, el hombre le habría dicho que le enviara dinero a una cuenta para poder comer.
El temor de Mónica es que su esposo esté entre los hombres capturados por el régimen venezolano por supuestos crímenes de terrorismo, según anunció Nicolás Maduro en días pasados.
“Mi esposo no es terrorista ni mercenario” dijo la mujer, quien cree que la detención se debió a que Zúñiga, la persona con quien él estaba, portaba su tarjeta militar.
“Le pido al gobierno colombiano que nos ayude a su liberación, no puede ser que los vayan a encarcelar por algo que ellos no han hecho. Ellos no son terroristas ni mercenarios”, expresó la mujer.
Sin novedad en Puerto Santander
A diferencia de la atípica soledad entre Cúcuta, San Antonio y Ureña, en Puerto Santander, el otro paso fronterizo entre Norte de Santander y Táchira, todo transcurrió de manera normal y tranquila, según indicó la alcaldesa Teresa Gómez.
“No hay novedades en el paso, la verdad que por aquí todo está normal y tranquilo”, aseveró la primera autoridad de ese municipio, asegurando que se mantendrán en todo caso atentos para atender cualquier eventualidad que tenga que ver con un éxodo masivo de migrantes.
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“Hacemos parte del Puesto de Mando Unificado (PMU) instalado por la gobernación, listos con un plan de acción para atender a ciudadanos venezolanos que lo requieran”, señaló Gómez.
Alerta amarilla hospitalaria
Como parte de las acciones implementadas dentro del marco del PMU, el Instituto Departamental de Salud declaró la alerta amarilla hospitalaria en todo Norte de Santander, aunque con especial énfasis en los municipios que hacen parte del corredor fronterizo.
El objetivo es estar preparados y alertas no solo para seguir asumiendo la atención en salud de personas migrantes, como lo viene haciendo desde 2014; sino además tener capacidad de respuesta frente a situaciones urgentes que deriven de un escenario de alteración de orden público en el vecino país, consecuencia de la situación de conflicto y tensión que atraviesa Venezuela en estos momentos de incertidumbre política.
Flujo migratorio normal
Migración Colombia reportó a través de un comunicado que hay normalidad en el movimiento de personas, por lo que descarta el advenimiento de un éxodo masivo, como el que se presentó entre 2018 y 2019.
Asimismo, indicó que las direcciones regionales vienen trabajando articuladamente con las gobernaciones departamentales y las instancias correspondientes, teniendo en cuenta que la gestión del riesgo es competencia de los entes territoriales, y se escala al nivel departamental y nacional de acuerdo a la capacidad de respuesta.
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