Con una firme mirada puesta en el futuro de los ecosistemas acuáticos y el bienestar de las comunidades, la Universidad Francisco de Paula Santander (UFPS) y la Corporación Autónoma Regional para la Frontera Nororiental (Corponor) llevaron a cabo el Foro Agua, Investigación y Desarrollo: Perspectivas Regionales, un evento que congregó a investigadores, autoridades ambientales y representantes institucionales para debatir sobre los retos y avances en la conservación del recurso hídrico en la región.

Durante el foro, celebrado en el auditorio central de la autoridad ambiental, los especialistas abordaron temas vitales en torno a la gestión del agua, el cambio climático y la articulación entre la academia, el Estado y las comunidades. Uno de los puntos centrales hizo alusión a las nuevas metodologías que se están investigando para incorporar las nuevas variables que respondan al reconocimiento de la realidad ineludible del cambio climático y sus efectos ya evidentes en los ecosistemas hídricos regionales.

Enfrentar el cambio climático

Gustavo Carrillo, coordinador de la Maestría en Recursos Hidráulicos de la UFPS, resaltó la importancia de adaptar los estudios académicos a los nuevos escenarios climáticos. “El cambio climático es una realidad, y debemos dejar atrás las metodologías estacionarias, que asumen condiciones constantes en el comportamiento de ríos y lluvias. Las variaciones son permanentes y eso debe reflejarse en cómo investigamos y proyectamos obras de infraestructura”, afirmó.

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Carrillo destacó el trabajo de la ingeniera Beatriz Cumbe, quien ha demostrado científicamente que un alto porcentaje de las corrientes hídricas del departamento presentan condiciones de no estacionariedad. Esta evidencia, dijo, obliga a revisar los diseños de obras de ingeniería como puentes y muros de contención, incorporando nuevas variables que respondan a la variabilidad climática.

“Estamos sentando las bases metodológicas para que los entes de control y los diseñadores consideren estas nuevas condiciones. No hacerlo puede traducirse en tragedias evitables”, agregó.

Falta de medición: 
un obstáculo crítico

Uno de los principales llamados de atención durante el evento fue la ausencia de datos y mediciones sistemáticas sobre fenómenos climáticos y caudales. Carrillo criticó la actitud predominantemente reactiva de las autoridades frente a las emergencias ambientales y subrayó la necesidad urgente de invertir en instrumentación.

“Si no tenemos datos sobre el viento, la lluvia y el comportamiento de nuestros ríos, no podemos entender ni anticipar los fenómenos. Es un problema estructural que impide la toma de decisiones acertadas”, señaló. En este contexto, recordó la reciente crisis de calidad del aire en Cúcuta, cuyas causas exactas nunca pudieron determinarse por falta de información confiable.

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“El río Pamplonita, por ejemplo, solo cuenta con dos estaciones de medición de caudal, La Donjuana y Aguas Claras. ¿Dónde están las demás? Necesitamos una red de monitoreo robusta para generar alertas tempranas y emprender acciones preventivas”, enfatizó.

Gobernanza del agua 
desde las partes altas

Martín Sepúlveda, de la Subdirección de Cambio Climático y Recurso Hídrico, planteó que para asegurar el agua en las zonas bajas y pobladas de Norte de Santander, se debe ejercer gobernanza en las zonas altas, donde nacen las fuentes. “Este foro es un ejercicio para repensar cómo dotamos a los técnicos e ingenieros de herramientas para llegar a esas zonas apartadas, medir con precisión y entender cómo el cambio climático está afectando nuestras fuentes hídricas”, explicó.

La jornada concluyó con un fuerte llamado a la unidad de acción entre la academia, las autoridades ambientales, los sectores productivos y las comunidades. Carrillo fue enfático al señalar que enfrentar el cambio climático no es una tarea exclusiva de un solo actor. “Tenemos que cambiar la forma como trabajamos, cambiar la actitud. La desconexión entre sectores solo retrasa las soluciones. Es momento de actuar de manera coordinada y con una visión compartida”, puntualizó.

Preocupa la deforestación

Por su parte, el secretario de Medio Ambiente del departamento, Cristhiam Humberto Jiménez Arévalo, abordó la estrecha relación entre la pérdida de cobertura boscosa y la disponibilidad de agua. “Municipios como Tibú han perdido el 55% de su cobertura vegetal en los últimos siete años. La deforestación, los cultivos ilícitos y la minería ilegal están degradando nuestras cuencas”, advirtió.

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Jiménez también hizo mención del racionamiento de agua vivido este año en Pamplona, una situación inédita que pone en evidencia el deterioro de los ecosistemas reguladores del agua, como los páramos de Santurbán y Almorzadero. “¿Quién iba a imaginar que Pamplona tendría escasez de agua? Esto demuestra que ya no hay territorios exentos de esta crisis”, sentenció.

Asimismo, llamó la atención sobre la importancia de pensar en términos de cuencas binacionales, recordando que varios ríos nacen en las altas montañas del Catatumbo y desembocan en el lago de Maracaibo, en Venezuela. “Esto nos obliga a pensar desde una lógica de integración regional”, dijo.
 

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