Una tensa situación se ha vivido en los primeros días del año entre Santander y Norte de Santander.
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Y es que, en el municipio de El Playón (Santander), sus habitantes decidieron iniciar una protesta ante el incumplimiento por parte del Instituto Nacional de Vías (Invías) de trasladar el peaje Río Blanco hacia el municipio de Cáchira (Norte de Santander)
Desde el 2 de enero, un grupo de personas decidió levantar las talanqueras de las casetas y no permitir el cobro a los conductores, argumentando que, de acuerdo con el Invías, la fecha límite para trasladar el peaje era el 31 de diciembre de 2024, pero esto no se cumplió.
Por tal razón, la comunidad ha manifestado que permanecerá en el peaje de manera indefinida y que protestarán de forma pacífica hasta que el Invías cumpla con lo pactado, es decir, que las talanqueras seguirán arriba.
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Asimismo, han hecho un llamado a los entes de control, para que verifiquen el por qué no se cumplieron los acuerdos pactados, a pesar de haber sostenido varias mesas de diálogo.
“Son 42 años los que llevamos con este peaje y las vías son una completa porquería, tenemos unos acuerdos y le pedimos a las autoridades que estuvieron en las mesas de diálogo y que fueron garantes de esos compromisos, que se cumplan tal y como estaba en el cronograma”, dijo Jorge Enrique Olaya Sierra, líder de la manifestación.
Según lo expresado por la comunidad, Invías ha pedido más meses de plazo para hacer el traslado del peaje, petición con la que no están de acuerdo, por lo que le exigen a la entidad que, aunque sea provisionalmente, se instale una caseta en el municipio de Cáchira y se cancele la operación en El Playón.
“No vamos a esperar más, necesitamos que le metan el acelerador y que respeten nuestros derechos, nosotros no vamos a vandalizar nada, solo queremos que nos cumplan”, agregó el líder.
Invías responde
Ante esta situación, el pasado 31 de enero de 2024, el Invías emitió un comunicado en el que informó que, efectivamente, el proceso del traslado de la estación del peaje Río Blanco, ubicado en El Playón, al municipio de Cáchira, no se realizaría en el tiempo estimado debido a imprevistos externos, “por lo que se prevé, para el primer trimestre del 2025 estén listas las obras de reubicación”.
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Asimismo, dio a conocer que las tarifas especiales continuarán vigentes para los beneficiarios del peaje Río Blanco hasta que se finalice el traslado de la infraestructura, que incluye construcción, mantenimiento y la actualización para el recaudo, otra de las razones por las que se ha generado la protesta, ya que los habitantes de El Playón esperaban que, por lo menos, si no se hacía el traslado de las casetas, el peaje en el punto de El Playón dejara de operar desde el primero de enero del 2025.
“El Invías realizó la apertura de la licitación pública No. LP-DTE-053-2024 el 12 de septiembre de 2024 y el 7 de noviembre se adjudicó la obra al Consorcio Santa Juana. Posteriormente, el pasado 12 de noviembre se recibieron solicitudes de revocatoria del proceso licitatorio y fue el 23 de diciembre, tras la orden de inicio, en la que el contratista comenzó trabajos para las nuevas obras. Dicha revocatoria del acto de adjudicación generó un retraso significativo, que afectó en los tiempos establecidos para la ejecución del traslado del peaje”, apuntaron en el comunicado.
En este sentido, informaron que el inicio del contrato se dio con actividades preliminares que hacen parte de los compromisos pactados con las comunidades que solicitaron dicho proyecto.
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Sin embargo, la entidad volvió a emitir otro comunicado 3 de enero, aclarando nuevamente que los retrasos obedecieron a las solicitudes de revocatoria del proceso por parte de la misma comunidad, afectando los tiempos establecidos para la ejecución del traslado del peaje.
Por lo que, ante la inconformidad tras el anuncio, funcionarios de la Gobernación de Santander iniciaron un diálogo con la comunidad para explicar las razones y mantener la calma en el sector, pero no fue posible.
“El Invías hace un llamado a las personas que no están permitiendo el recaudo del peaje a atender las intenciones de diálogo y permitan el normal funcionamiento de la estación de peaje Río Blanco, ya que se están dejando de percibir importantes recursos, lo que causa traumatismo en las inversiones para el mantenimiento y mejoramiento de las vías a cargo de la Nación en esta región”, añadieron en el nuevo comunicado.
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¿Qué esperan en Cáchira?
El alcalde de Cáchira, Herman Fernando Jaime Mora, explicó a La Opinión que el traslado del peaje beneficiará significativamente a los habitantes de su municipio, ya que no tendrán que pagar el peaje para dirigirse hacia Bucaramanga pues las nuevas casetas de cobro estarán ubicadas en la entrada de su municipio, sobre la vía nacional hacia la Costa Atlántica, lo que representa una ventaja para los cachirenses, quienes solo deberán pagar una tarifa mínima y diferencial de $500 para desplazarse a sus destinos.
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Tarifas que se seguirán aplicando, pero que, según precisó el alcalde, para continuar accediendo a ella, los residentes deberán registrar sus vehículos en la Oficina de Planeación de la Alcaldía de Cáchira, presentando los documentos exigidos por Invías.
Pero, además del beneficio para los conductores, el alcalde ha precisado que el traslado del peaje generará ingresos adicionales para el municipio a través del impuesto de industria y comercio, por lo que con este tributo se podrían generar entre 70 y 80 millones de pesos anuales para Cáchira, recursos que serían destinados al funcionamiento del municipio.
Mientras que el Invías tendrá que invertir en obras de mejoramiento en la red vial terciaria, especialmente en las zonas de influencia del peaje.
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De igual forma, el alcalde destacó que el funcionamiento del peaje generará empleos tanto formales como informales para los habitantes de Cáchira, lo que impulsará la economía local.
“Las personas del sector serán contratadas para las operaciones del peaje y se crearán actividades económicas alternas que beneficiarán directamente a la comunidad”, afirmó.
Finalmente, el alcalde Jaime Mora enfatizó que esta decisión fue tomada pensando en el bienestar de la mayoría de los habitantes de Cáchira, quienes dependen de Bucaramanga para sus relaciones comerciales, educativas y de salud.
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