Desesperados por el accionar de los delincuentes dedicados al secuestro y la extorsión se encuentran los habitantes de los municipios que integran la provincia de Ocaña y zona del Catatumbo.
En la actualidad cinco personas están privadas de la libertad y las llamadas extorsivas han aumentado en los últimos meses lo que obliga a muchos comerciantes abandonar la ciudad debido a las exigencias.
El comerciante Asís Gómez Márquez, ha organizado varias marchas de protesta donde las fuerzas vivas solicitan a los violentos el cese de las acciones y a las autoridades resultados concretos durante las investigaciones para desarticular a las bandas delincuenciales.
“Las amenazas están latentes, el panorama es bastante desolador ya que el flagelo roba la tranquilidad de la gente. El descaro es tan grande que pretenden cobrar una cuota a los carreteros de la plaza de mercado que viven del día a día”, agrega el denunciante.
Los familiares de las personas secuestradas diseñaron afiches para colgarlos en las partes visibles de la localidad como puentes peatonales y fachadas de instituciones, pero el alcalde Samir Casadiego, ordenó a la Policía bajarlos aduciendo contaminación visual.
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“Las autoridades son indolentes y están pendientes de una simple pancarta, pero menos del problema social de gran impacto económico como es el secuestro”, indicaron familiares de las personas privadas de la libertad.
Estrategias de seguridad
En busca de fortalecer las estrategias de seguridad, el Gobierno local se reunió con representantes del gremio de comerciantes, en compañía de un grupo especializado del Gaula militar.
Durante este encuentro, se proporcionaron herramientas para identificar situaciones de posible riesgo, al tiempo que se resaltó la importancia de mantener una comunicación constante con la fuerza pública, indicó el secretario de Gobierno, Jaime Velásquez Salamanca.
Con el objetivo de promover la prevención de la extorsión y el secuestro en la región, la Secretaría de Gobierno y el Gaula Militar de Norte de Santander organizaron la conferencia titulada “Yo no pago, yo denuncio”, a la cual fueron invitados los comerciantes.
Durante la charla se analizaron casos y se brindó orientación sobre las medidas que deben tomarse en caso de enfrentar estas situaciones. Además, se ofreció información sobre las líneas telefónicas de atención y los canales de comunicación disponibles para denunciar estos delitos.
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Las autoridades recomiendan adoptar un plan de protección, rutas seguras y no acceder a las exigencias de los grupos que operan al margen de la ley. En su mayoría las intimidaciones proceden desde las cárceles colombianas y las víctimas corren a consignar elevadas sumas de dinero para evitar represalias con sus seres queridos.
A merced de los delincuentes
Acorralados por los violentos, los ocañeros se revelaron en contra del flagelo del secuestro. En las vallas y pasacalles mostraban los rostros de personas que han sufrido en carne propia el estar privados de la libertad, buscando generar conciencia y solidaridad con las víctimas y sus familias.
El presidente de la Asociación de Comerciantes de la provincia de Ocaña, Javier Ortiz Navarro, manifestó que están a merced de los delincuentes y solicitó acciones contundentes para neutralizar ese fenómeno.
Un fenómeno latente
A pesar de las voces de rechazo y los operativos especiales el fenómeno delincuencial del secuestro está latente.
El 21 de julio en la Ciudadela Norte en el sector de Santa Clara se registró la retención de una pareja de comerciantes identificados como Anayibe Pallares y Héctor Julio Sánchez.
Hombres armados y sin identificar a bordo de una camioneta llegaron hasta el lugar y se los llevaron con rumbo desconocido.
A mediados de julio fue secuestrado en el corregimiento de Capitán Largo, comprensión rural del municipio de Ábrego, el campesino Reinel Guerrero Sarabia. Hombres armados llegaron a la finca del cultivador, donde se encontraba revisando la cosecha de tomate y pepino, lo intimidaron y montaron en un vehículo para internarlo en la montaña.
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Aún permanece en manos de los captores el avicultor Elkin Noriel Sánchez Flórez, de 29 años de edad, quien fue secuestrado el 10 de junio en la avenida Francisco Fernández de Contreras de Ocaña.
El drama de las familias
En cada hogar tienen una dolorosa historia que contar y temen un desenlace fatal de los episodios debido a los quebrantos de salud de las personas retenidas.
Los familiares del comerciante Isidro Arias Garzón, secuestrado hace 19 años, guardan las esperanzas de encontrar pistas sobre la suerte corrida, pues se pagó dos veces rescate y nunca entregaron pruebas de supervivencia.
El abogado Sanín Antonio Mena, de 87 años, fue secuestrado el pasado 27 de mayo en una finca en el sur del Cesar, luego de ser operado a corazón abierto y no se tiene información.
Su hijo Marcel Mena señala que tiene diabetes y debe tener una dieta especial con insulina. Pasan los días y los captores no han establecido contacto. Es la quinta vez que sufre el flagelo del secuestro.
La primera fue el 23 de noviembre de 1986, dos años después se repitió la historia. En el 90 fue retenido y logró una conciliación para recuperar la libertad y en el 2019, junto a su hijo Andrés que adelantaba labores en las parcelas, fue llevado, otra vez.
Y el 26 de mayo llegaron hombres armados y lo obligan a montarse en una camioneta. Cumplió los 87 años en cautiverio el 24 de mayo.
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Desde el 19 de marzo de 2020 se encuentra secuestrado el avicultor, de 75 años de edad, Evangelista Bohórquez Contreras y sus familiares claman pruebas de supervivencia.
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