Como una estrategia para coadyuvar los elevados índices de dengue ocurridos en los últimos meses, niños campesinos del corregimiento de Aguas Claras diseñaron una máquina para la fabricación artesanal de escobas a partir de la transformación de las botellas plásticas.
Si quieres tener acceso ilimitado a toda la información de La Opinión, apóyanos haciendo clic aquí: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
El proyecto permite fortalecer la cultura del emprendimiento y la gestión integral de residuos sólidos de gran impacto ambiental en la institución educativa de la zona rural de Ocaña.
Henry Carrascal, maestro instructor, resalta la manera como se pudo construir e implementar un sistema con la finalidad de elaborar encordados para cultivos, escobas y otros elementos derivados de ese desecho reciclado.
Esas botellas por lo general son abandonadas en el campo, almacenando agua, factor determinante en la propagación del mosquito transmisor de esa enfermedad. “Los muchachos aprovechan el tiempo libre y recolectan esos guijarros para la materia prima de las escobas que se distribuyen en la región, sin ir a la tienda de la esquina”, asegura el profesor.
El grupo de inquietos estudiantes fue bautizado como Klingo por el mismo docente para estimular el espíritu investigativo y el fortalecimiento de las competencias ambientales mediante la cultura del emprendimiento.
En lo tecnológico, se diseñó un prototipo de máquina para la transformación de polímeros. Se contó con asesoría técnica por parte de los ingenieros de Tecnoparque. El diseño del mecanismo tuvo en cuenta criterios de ergonomía, costos, funcionabilidad, eficiencia, eficacia y seguridad.
Lea además: Alerta amarilla por casos del dengue en Ocaña
En una fase posterior se propone el análisis del impacto del proyecto en la disminución de los posibles factores relacionados con la propagación del dengue hemorrágico en el corregimiento, reitera el director del grupo, Carrascal.