El pequeño y hermoso pueblo de Sonlerto, en lo más profundo del valle suizo de Bavona, posee una particularidad que, en pleno siglo XXI, lo hace único en Europa: sus ciudadanos viven sin conexión alguna a red eléctrica.
Lea: Miles de migrantes venezolanos permanecen varados en México
Bice Tonini, de 88 años de edad, vive en Sonlerto desde que nació, y se siente muy orgullosa de la increíble característica su pueblo:
"Veo tanto despilfarro hoy en día, incluida la electricidad, tantas luces por todas partes...", lamenta Bice. "Aquí no, aquí todo está oscuro, no hay ni siquiera una farola".
Algunos paneles solares, la madera para calentar las casas y las bombonas de gas son todo lo que necesitan los habitantes de Sonlerto, habitado solo durante el verano.
Aquí: Bailarines que huyeron de Rusia por la guerra se reencuentran en EE. UU.
Romano Dadò, es exconcejal de Cevio y vecino del valle, y confiesa que "para nosotros, reducir el consumo de muchas cosas no es un problema. Todavía sabemos vivir así".
Falta de infraestructura
Lo cierto es que Sonlerto no está muy lejos de una electricidad producida por las presas situadas en lo alto del valle. Pero conectar la red al pueblo es demasiado caro, y son las regiones germanas de Suiza, con medios financieros para crear esta infraestructura, los que se benefician de ella.
También: La green card y otras opciones para emigrar a Estados Unidos
"Las grandes ciudades de la Suiza de habla alemana, vinieron aquí para obtener electricidad, construyeron presas allá arriba y pagaron un poco por el territorio que, en cierta forma, robaron", nos cuenta Romano.
Por supuesto, esta vida sobria no es del gusto de todos. Martino Giovanettina tiene un restaurante en Foroglio, también en el valle. Martino lamenta cómo la falta de energía le impide abrirse al turismo:
"Llegué aquí hace más o menos treinta años, cuando había dificultades evidentes debido a la situación energética y a la situación urbanística. El año pasado hicimos una gran inversión y hubo grandes dificultades de planificación".
Además: El cambio climático acelera la producción de vino británico
Una forma de vida, en definitiva, solo apta para aquellos capaces de, con todas sus consecuencias, desconectar.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: http://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion