Tras horas de faena a bordo de pequeños veleros, los pescadores de la etnia misquita capturan entre sus redes enormes tortugas marinas verdes (Chelonia mydas), una especie en peligro de extinción, cuyo consumo es permitido excepcionalmente en el Caribe de Nicaragua, como parte de la gastronomía tradicional de las comunidades.
Los pescadores de la comunidad caribeña de Sandy Bay salen en busca del quelonio y otras especies marinas en botes de madera diseñados artesanalmente para que funcionen como veleros, debido a que no pueden costear el combustible de una embarcación con motor.
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Ya en el mar, lanzan sus redes a las cálidas aguas del Caribe, donde tras cinco horas de espera atrapan cerca de un centenar de tortugas marinas, cuya carne venderán luego para el consumo en el mercado de Bilwi, principal ciudad de Caribe norte de Nicaragua.
Estos quelonios, que pueden llegar a medir un metro y medio de longitud y pesar más de 180 kilos, son vendidos en el mercado caribeño a 5.000 córdobas cada uno (138 dólares), dependiendo de su tamaño.
Según los comerciantes, la tortuga destazada es vendida a 60 córdobas la libra (menos de dos dólares por el medio kilo) y su consumo sólo es común en la región del Caribe.
La pesca de tortugas en esta región se adelanta con la venia de las autoridades en cantidad limitada para el consumo de las comunidades indígenas.
El año pasado, el Ministerio del Ambiente y Recursos Naturales (Marena) autorizó en una resolución el consumo con tortugas verdes con “fines de subsistencia para las comunidades de la Costa Caribe nicaragüense”.
La carne de tortuga forma parte de la alimentación tradicional de los caribeños nicaragüenses, una región multiétnica que fue colonizada en el pasado por los británicos y que está habitada en su mayoría por indígenas de la etnia misquita, así como mayangnas, garífunas, creoles (afrodescendientes) y mestizos.
También de la gastronomía de la región Caribe colombiana.
Con las aletas de tortugas los lugareños cocinan la famosa sopa de “rondón”, que también incluye otros mariscos, mientras que con la carne del quelonio y sus huevos se elaboran una diversidad de platillos acompañados con arroz, mandiocas o plátanos cocidos.
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Durante el periodo de reproducción, la tortuga verde deposita alrededor de 100 huevos por nido. Cuando las crías nacen no todas sobreviven debido a que también son apetecidas en las playas y en el agua por otros depredadores animales, según el libro “Fauna y flora en peligro de extinción en Nicaragua”, del consultor en manejo de fauna silvestre y veterinario, Eduardo Sacasa.
De acuerdo con el experto, las tortugas verdes habitan desde el sureste de California hasta Chile. También se observan al este de Galápagos y en Papúa Guinea, en Oceanía. La Chelonia mydas integra la lista roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Investigan cacería en Ecuador
La fiscalía de Ecuador informó que investiga la supuesta cacería de tortugas gigantes en las islas Galápagos, un frágil ecosistema considerado patrimonio natural de la humanidad.
La entidad indaga “los hechos relacionados a la presunta caza y faenamiento de cuatro tortugas terrestres gigantes, en el Complejo de Humedales del Parque Nacional Galápagos (PNG)”, señaló el ente acusador en su cuenta de Twitter.
Agregó que la Unidad Especializada en Delitos contra el Medio Ambiente y la Naturaleza (Uidmen) se encarga de tomar testimonios a funcionarios del PNG y de designar expertos para realizar necropsias a las tortugas.
La dirección del Parque presentó la denuncia por la muerte de los animales el pasado 7 de julio, indicó el ministerio de Ambiente a través de su canal de comunicación de WhatsApp, al ser consultado por periodistas.
Aunque no precisó la especie a la que pertenecen los quelonios, la cartera informó que se trata de cuatro tortugas terrestres gigantes y que la supuesta caza se dio en el complejo de humedales ubicado en la isla Isabela.
Ecuador castiga hasta con tres años la cacería de fauna silvestre.
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En 2019, un hombre que atropelló a una tortuga y dañó su caparazón fue castigado con una multa de 11.000 dólares. Ese mismo año, otro conductor debió pagar más 15.000 dólares por arrollar y matar a una iguana endémica de Galápagos.
Isabela es la isla más grande del archipiélago con 4.703 km, lo que constituye el 60% del territorio terrestre de Galápagos, también considerado una reserva de la biosfera por su flora y fauna únicas en el mundo.
En el archipiélago, ubicado a 1.000 km de la costa ecuatoriana, originalmente existieron 15 especies de quelonios, de los cuales tres se extinguieron siglos atrás, según el PNG. Las tortugas gigantes les dan su nombre a las islas.
En 2019, se halló en la isla Fernandina un ejemplar de Chelonoidis phantastica después de más de cien años de considerarse extinta la especie.
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