Con la apertura del paso peatonal en los puentes fronterizos entre Norte de Santander y Táchira surgió la interrogante sobre si estas estructuras se encuentran aptas para el tránsito de personas y vehículos de carga pesada.
Las autoridades del departamento y representantes del gobierno de Venezuela se reunieron para definir las estrategias conjuntas de una reapertura segura de la frontera, entre ellas las valoraciones técnicas con el fin de verificar si los puentes requieren alguna rehabilitación.
Según la Norma Colombiana de Diseño de Puentes de 2014, con la rehabilitación se “restablece o incrementa la resistencia” de los puentes.
Este tipo de intervención sería conveniente, luego de que el vecino país mantuvo estas construcciones cerradas por más de dos años y medio, colocando contenedores en los canales para obstaculizar la circulación hacia su espacio. Además de encontrarse en condiciones ambientales muy agresivas.
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En junio de 2021, Colombia flexibilizó sus medidas contra la COVID-19 y permitió el ingreso de extranjeros bajo la modalidad del pico cédula por los puentes Simón Bolívar (Villa del Rosario); Francisco de Paula Santander (Cúcuta) y la Unión (Puerto Santander). Cuatro meses después, Venezuela retiró los contenedores, hicieron una inspección visual por debajo de los mismos y autorizó de forma gradual el tránsito peatonal.
El puente internacional Simón Bolívar, culminado en 1962.
Condiciones
En 2018, el Invías inició una supervisión de los puentes para hacer las reparaciones y mejorar sus condiciones ante la creciente movilización migratoria.
Para ese entonces, en el puente internacional Simón Bolívar, inaugurado en 1962, se detectó que las juntas de dilatación, que permiten la flexibilidad de la estructura, sobresalían del asfalto, obstaculizando el paso de los peatones; el pavimento presentó deterioro; las cabillas se encontraban fuera del hormigón; y las bases de los postes eléctricos estaban oxidadas.
Esta estructura ha sido por muchos años un enlace histórico, en donde el flujo comercial sigue siendo de gran importancia para el progreso de ambas naciones. El puente se construyó en un convenio diplomático y técnico entre los gobiernos y por los ingenieros Aurelio Beroes (Venezuela) y Fabio González Tavera (Colombia).
El puente internacional Unión presentó corrosión de los hierros; el terraplén de las bolsas de concreto había cedido; y en los canales de circulación también se observó exposición de cabillas.
Mientras que en el puente Francisco de Paula Santander, terminado en 1969, la estructura del hormigón estaba dañada, las cabillas sobresalían de las bases y había grietas en las barandas de concreto.
Coordinación entre países
Víctor Bautista, secretario de Frontera y Cooperación Internacional de la Gobernación de Norte de Santander, mencionó que las rehabilitaciones de los pasos fronterizos siempre deben tener una coordinación entre Colombia y Venezuela para que la infraestructura tenga la mejor solidez posible y los usuarios no se vean perjudicados de uno u otro lado.
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Paso en el puente Francisco de Paula Santander
El funcionario dijo que se han hecho valoraciones a los pasos fronterizos en 2018 y en años anteriores, especialmente en los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander. Las naciones, por medio de las cancillerías y ministerios de infraestructura, se distribuyeron las responsabilidades para actualizar la capacidad física de estas estructuras, debido al paso del tiempo, el peso y las acciones naturales del río Táchira.
“Lo más recomendable es que siendo este un tema de riesgo y que afecta a las personas que usan esos pasos fronterizos y también a los bienes, teniendo en cuenta los vehículos y a los trabajadores de ambos puentes, pues Colombia debería buscar la forma de que conjuntamente con autoridades venezolanas esto se pueda dar. La gobernación siempre ha estado dispuesta a mediar y a facilitar la comunicación con las autoridades venezolanas y del Táchira dadas las circunstancias políticas y diplomáticas que se encuentran”, apuntó Bautista.
Revisión
Leonel Valero, director del Instituto Nacional de Vías, en Norte de Santander, indicó el asunto de los puentes internacionales es de competencia nacional, independientemente de que sean estructuras bajo observación y vigilancia como ente territorial.
“La decisión de la reapertura y valoración son temas de nivel nacional, directamente Dirección Nacional de Invías, por todo lo que esto conlleva. Puedo manifestar que el Instituto ha hecho una valoración de los puentes y los puentes requieren de una atención y de una valoración técnica de mayor detenimiento”, expresó Valero.
Mencionó el director que el Instituto está presto a las directrices presidenciales que se generen frente a este tema.
Sobre las valoraciones técnicas a los puentes, el secretario de Frontera informó que el anterior canciller, Carlos Holmes Trujillo, pidió esos trabajos, pero nunca se conocieron los resultados. “No sé si realmente existen, lo que ocurre es que cualquier intervención que se haga, pues lo normal es que sea en coordinación con las autoridades para poder interrumpir en horarios el paso”, recalcó Bautista.
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Puente Unión comunica a Puerto Santander con Boca de Grita
Por su parte, Rafael Cáceres Rubio, ingeniero civil y coordinador de Especialización en Estructuras de la Universidad Francisco de Paula Santander, opinó que los contenedores no representaron un daño grave en las estructuras de los puentes en Norte de Santander, así hayan sido construidos hace muchos años.
“Si existe algún problema en uno de los puentes es más por los efectos del medio ambiente, porque ha llovido, observar si los concretos ya por el paso del tiempo y agentes externos los han atacado, que hayan podido bajar un poco la capacidad y en un eventual caso sí habría necesidad de rehabilitarlos”, puntualizó el docente universitario.
El experto sostuvo que los contenedores tampoco deterioraron la estructura del puente de Tienditas, concluido en 2016 y que aún no ha sido abierto oficialmente. “Si los contenedores permanecieron vacíos tampoco lo perjudicaron porque la carga es muy baja en comparación con el peso para el cual fue diseñado”, comentó Cáceres.
A su juicio, los puentes no tienen problemas para el tránsito y mucho menos para el paso peatonal. En caso de la circulación de vehículos de carga pesada, sí habría que revisarlos y esa es una actualización que hacen para todas las vías nacionales.
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El ingeniero dijo que el Invías no tendría inconvenientes en efectuar una inspección a todos los puentes, el problema sería que recibieran la autorización de las autoridades venezolanas para dejarlos pasar.
Venezuela y Colombia -que comparten una porosa frontera de más de 2.000 kilómetros- no tienen relaciones diplomáticas desde 2019, cuando Bogotá reconoció, junto a medio centenar de países, al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Pero a pesar de esa situación, las autoridades colombianas están conscientes de que lo más importante es que los puentes sean seguros para todos.
Puente Francisco de Paula Santander
Creado: 17 de diciembre de 1969
Ubicación: sector del Escobal, oriente de Cúcuta y frontera con Ureña, Venezuela
Dimensiones: 210 metros de largo
Inversión: 6.265.830 pesos.
Puente Simón Bolívar
Creado: 24 de febrero de 1962
Ubicación: Villa del Rosario – Táchira (cruza río Táchira)
Dimensiones: 315 metros de largo
Puente Unión
Ubicación: Puerto Santander (Colombia) – Ureña (Venezuela)
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