La artista plástica Noemí Vega Manzano desempolvó algunas obras de Eduardo Ramírez Villamizar y las expuso en la casa Museo Torre del Reloj para rendirle homenaje con motivo de su nacimiento.
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La colección la extrajo de la bodega de la gobernación, de salas de exposiciones y del Centro Cultural Quinta Teresa. De manera minuciosa las examinó y determinó el estado de conservación, tarea que le conllevó unos dos meses.
Además emprendió una rigurosa investigación para plasmar un extracto del artista pamplonés considerado uno de los pioneros de la escultura abstracta en el ámbito latinoamericano.
“Esta colección no ha tenido el mantenimiento debido a través de los años… y existen otras obras que deben ser revisadas pronto para su restauración o en caso contrario, ‘darlas de baja’, advierte la curadora Vega Manzano, quien se desempeñó como coordinadora departamental de Artes Plásticas.
En la sala 2 de la Torre del Reloj se exhiben cuatro esculturas, algunas pinturas iniciales y serigrafías posteriores.
El visitante podrá, además, encontrar “en las paredes laterales, impresiones tamaño tabloide (31 x 46 centímetros), que dan cuenta de algunos apartes importantes de la trayectoria y obra de este artista pamplonés.
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La curadora Noemí Vega complementó la muestra de Ramírez Villamizar “con textos e imágenes que dan cuenta de su evolución como hombre y artista, para suplir de alguna manera el vacío de las dos paredes laterales, lo que se me ocurrió después de tener en mi mente el guión de montaje original, que resultaba más sobrio, como se puede catalogar su obra, sin embargo, al investigar más sobre él, pude entender la importancia de la utilización del color en su trabajo, sintiendo que valía la pena mostrar de esta manera, obras representativas de su primer periodo y posterior evolución, resultando más didáctico, para el público de todas las edades y poder acercarse mejor a su obra”.
Antes de ingresar a la sala 2 se aprecia una escultura de mediano formato, “presumiblemente de la misma familia de “Construcción Inclinada”; instalada en la parte superior de la puerta de salida al patio central.
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Y la primera obra que se divisa en la exposición es la ‘Columna Flor’ hecha en 1982 por el maestro Eduardo Ramírez Villamizar, en hierro pintado de una dimensión de 145 por 19 x20, donde el verde oxidado contrasta con el rojo bermellón.
Luego, ubicada sobre una base alta blanca, la ‘Construcción inclinada’ también en tres dimensiones, en hierro soldado y oxidado y elaborada en el 2000.
‘Escenario templo’, también con la misma técnica de hierro soldado y oxidado, elaborada en el año 2000 por el maestro Ramírez Villamizar, quien siempre elaboraba previamente sus esculturas en maquetas de cartón con el propósito de probar el equilibrio, la modulación y la monumentalidad que deseaba imprimirles a sus obras.
Y desde esa partida hacía correcciones y ajustes necesarios previos al corte y soldadura de las piezas definitivas.
‘Rombo’ es lo que más se asemeja la escultura del artista pamplonés que utilizó la técnica hierro soldado y oxidado cuando se inspiró en 1977.
En 'La bodega' fue hallada sin título y la curadora la bautizó para la exposición que se abrió en agosto del año pasado y que aún permanece abierta al público en la casa museo Torre del Reloj.
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Al fondo, en la pared, sobre un iluminado amarillo, se destaca ‘Entrada a la guaca’, utilizando la técnica en relieve en madera que el maestro Ramírez Villamizar dejó en 1963. Y una serigrafía de 1982 de 70 por 120 centímetros.
En el jardín del edificio de la Gobernación de Norte de Santander, se encuentra otra de mayor formato (Friso Precolombino), de 1980, en acero inoxidable, de 250 cms. de alto x 500 cms de ancho.
Ramírez Villamizar comenzó estudiando Arquitectura e ingresó después a las Artes Decorativas en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional y de quien se conmemoran el año pasado los 100 de su natalicio, que tuvo lugar en Pamplona.
"Sin embargo, debido a una crisis, en 1929, su familia tuvo que desplazarse a Cúcuta… cuando solo tenía 7 años y a los 18 años viaja a Bogotá… ya digno de estar en otras Ligas y empezar a relacionarse y a trasegar por el Mundo del Arte".
El patio de la casa museo de la Torre del Reloj se engalana con otra escultura mayor en tamaño, ‘Homenaje a Bolívar’, que data de 1982, en metal oxidado y pintado, de 84x150x234 centímetros, que yace tranquila y a la vez imponente, en una estructura de ladrillo”.
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