La historia se vuelve a repetir en Norte de Santander. Como sucedió hace 10 años en Chitagá, cuando atacaron a un pelotón del Ejército, dejando a 10 uniformados muertos, cinco heridos y uno más secuestrado, ayer se registró un hecho similar en la vereda Villanueva, del corregimiento Guamalito, de El Carmen.

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En esta zona del Catatumbo masacraron a siete soldados y dos suboficiales y también resultaron heridos otros nueve militares. La escena de este hecho fue macabra.

Uniformados con heridas graves, casi agonizando, por un lado, mientras que los compañeros que sobrevivieron los animaban a no desfallecer en su lucha para seguir vivos, y cadáveres regados por diferentes puntos de ese sitio donde estaban acampando, fue lo que mostraron varios videos y fotografías que rápidamente rodaron por redes sociales, del demencial ataque.

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El fatídico suceso se registró ayer, hacia las 3:00 de la mañana, en los alrededores de una finca donde acampaba un pelotón del Batallón Especial Energético y Vial N°10, del Ejército, compuesto por 30 soldados, dos suboficiales y un oficial.

Los militares tenían como misión custodiar el tramo del oleoducto Caño Limón Coveñas que pasa por esa zona del corregimiento Guamalito, de El Carmen. "Ellos no tenían ninguna orden de hacer acciones ofensivas contra los terroristas, solo debían evitar algún atentado contra el tubo o vigilar que no instalaran una válvula ilícita, por eso se la pasaban de arriba a abajo", comentó una fuente militar.

Y precisamente, esos movimientos tácticos que hacían diariamente los militares, habrían sido analizados por algunos miembros del frente Camilo Torres, del Eln, para atacarlos. “Y es que esos patrullajes de los soldados se vuelven repetitivos y eso fue lo que aprovecharon esos terroristas”, indicó la fuente.

Según expertos, ese frente de los elenos es uno de los más sanguinarios y tendría injerencia no solamente en esa zona de Norte de Santander, sino también en el Cesar, pues los dos departamentos limitan por ese punto.

"Esos bandidos se la pasan ahí, al igual que varios integrantes de la disidencia del Frente 41 de las Farc, porque es una zona estratégica para movilizar drogas, contrabando, petróleo robado y hasta migrantes. Por esa ruta se puede llegar al Magdalena Medio y al mar Caribe", aseguró una fuente de inteligencia.

Pero lo más preocupante es que, al parecer, el Ejército ya tenía conocimiento de que el Eln estaba preparando un atentado contra unidades militares en el Catatumbo, pero se habría confiado y no se previó el reciente ataque.
 

Los responsables

Las primeras investigaciones por parte de inteligencia indicarían que quienes planearon el atroz hecho fueron quienes se identifican con alias de Daniel o Ñelo, líder de la estructura del Magdalena Medio; ‘Alexander’ o ‘David’, jefe del frente Camilo Torres; y ‘Fercho’, quien respondería al nombre de Alonso Contreras Ramírez.

Pero para las autoridades es claro que para ellos cometer el vil ataque, que viola el derecho internacional humanitario, porque los militares se encontraban durmiendo, tuvieron que informarle al Comando Central del Eln (COCE).

“Ellos tuvieron que ordenar el ataque y quienes lo ejecutaron fueron tres o cuatro expertos en explosivos, pues muy cerca del sitio donde acampaban los soldados pusieron las rampas desde donde lanzaron los artefactos improvisados”, manifestó otra fuente militar.

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El punto exacto de donde ocurrió el ataque estaría como a 10 minutos del casco urbano de Guamalito, el segundo corregimiento más grande de Colombia, donde los campesinos sobreviven de la crianza y venta de ganado, a pesar del abandono del Estado y del control que tienen grupos armados ilegales como el Eln y la disidencia de las Farc.

Un habitante de esa zona aseguró que allá, “no existe una base militar y donde ocurrió todo es un punto de descanso para los uniformados, luego de las faenas cotidianas, ellos sacan el equipo de campaña, cuelgan las hamacas en los árboles para pasar la noche”.

La fuente militar también explicó que precisamente después de Guamalito hay varias vías que han sido abiertas por los mismos grupos armados ilegales para salir a diferentes poblaciones del Cesar, como La Mata. “Por ahí se sabe que sacan mucha pasta base, que la llevan a diferentes laboratorios para procesarla”.

Añadió: “desde hace días se conoció que el frente Camilo Torres quería cometer un atentado, pero se pensó que sería más al interior del Catatumbo y vea, terminó matando a un grupo de jóvenes”.

El director de la fundación Progresar, Wilfredo Cañizares, también indicó por medio de Twitter que durante los últimos tres años el Eln ha cometido 153 acciones violentas en Norte de Santander, de las cuales 35 han sido en contra de objetivos militares. Entre enero y marzo han hecho 14 acciones armadas.

Cabe recordar que la semana pasada en esta misma zona circularon panfletos de la disidencia del Frente 41 de las Farc. 
 

En el miedo y la incertidumbre

Varios campesinos de esa parte de la zona rural de El Carmen indicaron que desde hacía varios días habían visto pasar con rumbo a la zona montañosa al pelotón de militares, pues su misión era custodiar la infraestructura petrolera.

“Son uniformados aún con cara de niños, inexpertos en combates que pagan con su sangre la insensatez de los violentos en un conflicto social sin sentido. Aquí la gente está conmocionada, pues nunca había sucedido un ataque de esa naturaleza. El fenómeno no es de ahora, sino que lleva muchos años en nuestra región, en medio de las balas, la situación se ha salido de las manos del Gobierno y es hora de parar”, sostuvo un líder comunal.

Para muchos habitantes de ese punto del Catatumbo, al grupo de militares atacado se le notaba que no tenía experiencia suficiente para estar en una zona como esas, donde la guerra no tiene límites.

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También recordaron que, “en cada momento histórico se ha reportado la tensión por la presencia de guerrilleros del Eln, disidencias de las Farc, Pelusos, paramilitares y delincuencia común, ocasionando la zozobra e incertidumbre en el Catatumbo”.

Wilfredo Cañizares comentó también que la región donde se dio el ataque es una retaguardia estratégica del Eln, que durante 40 años ha controlado, pero que en los últimos años se acrecentado la presencia de la disidencia del Frente 41 de las Farc, como una extensión del frente Cacique Upar, del centro del Cesar.

Las víctimas

Una hora después de registrarse el ataque, los militares fueron apoyados por dos helicópteros artillados, pero ya era demasiado tarde, pues lo integrantes del Eln ya se habían marchado, dejando el trágico saldo.

Los militares fallecidos fueron: el cabo segundo Brayan Gómez Gamboa; cabo tercero Juan Benavides Bohórquez, y los soldados Kevin Acevedo Osorio, Herzel Fernández Bonivento, Johan Gómez Gélvez, José David Pushaina Epiayu, Fabio Epiayu Ipuana, Rafael Fallace Jiménez y Jaime Manuel Redondo Uriana.

Los heridos son: subteniente Carlos Pacheco Pacheco y los soldados Álvaro Epieyu Epieyu, Arrieta De Armas, Adolfo Epieyu, Brayan Guerrero López, Gabriel Herrera Orozco, Luis Angarita Muñoz, Joselito Henríquez González y Yeison Julio Molina.

Al cierre de esta edición se conoció que los cadáveres de los uniformados fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal en Bucaramanga, donde les practicarían la necropsia, pues en Cúcuta no había capacidad.
 

Repudio por el suceso

Para Kenny Sanguino, profesor investigador de la Universidad Libre de Cúcuta, este hecho dejó ver que la gran mayoría de las víctimas son jóvenes que estaban prestando el servicio militar y no soldados profesionales. Además, que el Eln está mostrando el poder bélico que tiene.

“Fíjese la semana pasada en La Curva (Bucarasica), donde otro grupo de jóvenes soldados fue atacado desde una montaña. El Eln cometió ese hecho sin que se hubiese registrado una acción por los militares. Eso es una muestra de que el Gobierno no tiene planteada ninguna directriz para que las Fuerzas Armadas actúen ante los grupos armados ilegales”, explicó Sanguino.

Agregó: “Con esto el Eln está demostrando el poder que ha adquirido en una zona de estas como el Catatumbo. Y lastimosamente en esas mesas de negociación quien llega con más fuerza es el que se hace notar, entonces eso es lo que estamos viendo”.

Diego Villamizar, defensor de derechos humanos, también resaltó que, “duele profundamente este cobarde ataque, con este hecho se demuestra que los miserables terroristas del Eln no tienen ninguna voluntad de paz y exigimos al Gobierno nacional la reactivación de las operaciones militares contra estos criminales. Este hecho confirma que los frentes de guerra del Eln en Norte de Santander no mantienen línea de mando con el Estado mayor de esta organización”.

El defensor insistió en que la Gobernación de Norte de Santander le debe exigir al Gobierno el fortalecimiento de la seguridad y “no seguir siendo un comité de aplausos en unos diálogos que solo han ocasionado el asesinato de nuestros militares y policías y el fortalecimiento de estas organizaciones narcoterroristas”, dijo.

Júnior Maldonado, vocero de la Asociación Campesina del Catatumbo, Ascamcat, también calificó el hecho como grave y expresó la solidaridad con los familiares de las víctimas.

“Hacemos un llamado al Eln y al Gobierno nacional en la necesidad de avanzar en un cese al fuego verificable para desescalar el conflicto armado. No levantarse de la mesa hasta que las dos partes puedan avanzar en un proceso efectivo con gestos de voluntad en territorios tan complejos”, indicó.

Otra persona que alzó su voz de protesta fue el delegado de la Corporación de Redes Defensoras de Derechos Humanos del Catatumbo, Nelson Arévalo Carrascal, quien manifestó que, “los diálogos, mínimo debe tener unos compromisos entre los protagonistas inmiscuidos en este escenario para que puedan continuar. No podemos seguir esperando un cese bilateral cuando vemos a cada rato estas acciones que enluta a muchas familias de unos soldados muy jóvenes, ni siquiera profesionales”.

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