Para los familiares de Carlos Eduardo Melo Melo, de 31 años, su asesinato, ocurrido el lunes en Cancún (México), ha sido la peor noticia que hayan recibido. No han parado de llorar y lamentar lo sucedido.
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Ayer, en la mañana, en la casa de esta familia cucuteña, ubicada en el barrio Claret, había sentimientos encontrados. Nadie quería hablar y quienes llegaban, se daban un abrazo y decían en voz baja “mi sentido pésame”, luego se sentaban en alguna de las sillas de la sala para hablar sobre lo buena persona que era Carlos Eduardo.
Entre la gente que estaba en la residencia, se resaltaba el hermano gemelo de la víctima, quien solo tenía un pañuelo y a varias personas a su lado consolándolo, mientras miraba en su celular las fotos que se tomó con Carlos antes de que él se fuera para esa ciudad mexicana a cumplir su sueño: salir de Colombia y estudiar una especialización en administración de empresas.
“Él estudió en la Universidad de Pamplona, se graduó hace unos nueve años y de ahí trabajó independientemente, le iba bien, pero siempre tuvo la idea de salir del país, explorar otros lugares y ser un mejor profesional”, comentó el hermano gemelo de Carlos Melo.
Ahorró para viajar a México
El cucuteño era reconocido en ese barrio de la ciudadela Juan Atalaya por ser amable y tener una droguería, que montó hace unos cinco años. Precisamente con el dinero de unos ahorros, con las ganancias de su negocio y un préstamo que hizo a un banco, se costeó el viaje a México.
“Él tiene a su mujer en Pasto (Nariño), un día le dijo que tenía la oportunidad de salir de Colombia, se puso ‘manos a la obra’ con el papeleo y en octubre se fue, recuerdo que nos despedimos en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza, luego solo nos llamábamos por WhatsApp”, añadió la hermana de la víctima.
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Carlos Eduardo se estableció en esa ciudad turística, que queda en la península de Yucatán, donde comenzó a trabajar como conductor, mientras ahorraba el dinero necesario para matricularse en una especialización, pero ese sueño lo acabaron la tarde del lunes, cuando fue asesinado de al menos nueve disparos.
Así lo asesinaron
Según se conoció por diferentes medios de comunicación de Cancún, la víctima se movilizaba en un carro Chevrolet Spark, gris, a las 4:30 de la tarde, del lunes, por la Supermanzana 92 con calle 89, cuando fue interceptado por unos desconocidos que iban en otro vehículo, quienes le dispararon.
El Chevrolet Spark quedó frente a una venta de frutas, con el cucuteño agonizando, pero cuando los paramédicos y una ambulancia llegaron a auxiliarlo, ya era demasiado tarde, había muerto.
Las autoridades mexicanas al ser alertadas sobre el hecho de sangre, arribaron al sitio para custodiar la escena y minutos más tarde se llevó a cabo la inspección técnica.
Los familiares de Carlos Melo, que están en Cúcuta, se enteraron de lo sucedido a las 7:30 de la noche, del mismo lunes, cuando un amigo los llamó para contarles lo que había pasado.
Tras esa llamada sobrevino el dolor, las lágrimas, los gritos y las plegarias, los familiares, al principio no creían que él estuviera muerto, pero con el paso del tiempo no tuvieron otra que asimilar la triste realidad.
Ahora, la familia del cucuteño inició los trámites y está reuniendo el dinero para la repatriación del cadáver de Carlos Eduardo Melo y así darle el último adiós.
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