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Así fue como se cometió una masacre a las afueras de un colegio de Cúcuta
Estos son los nuevos detalles ocurridos antes y después del ataque armado a las afueras del colegio Santo Ángel de Cúcuta.
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Lunes, 16 de Septiembre de 2024

El panorama que rodeaba la escena de la masacre afuera de una institución educativa, la noche del sábado, era devastador.

Junto a un vehículo, yacía el cuerpo sin vida de un hombre, mientras sus familiares, desolados, se aferraban al consuelo mutuo en medio de la tragedia que estaban atravesando.

El lugar estaba acordonado y teñido de sangre, producto del ataque a bala que dejó cinco víctimas más.


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El tránsito vehicular se movía lentamente, mientras los curiosos se aglomeraban, observando el desgarrador espectáculo del lugar.

Este ataque marca la cuarta masacre registrada en el área metropolitana de Cúcuta, intensificando la sensación de inseguridad y angustia en la comunidad.

Los rostros de las autoridades también eran impactantes, mostrando una mezcla de impotencia y preocupación mientras buscaban pruebas en la escena del crimen.

La presencia de tantos oficiales y funcionarios subrayaba la gravedad del momento, evidenciando su frustración y el arduo esfuerzo por resolver el caso.

“La indignación que tenemos por estos hechos nos lleva a exigirle a los violentos respeto por los niños. Esto nos deja sin palabras y sin aliento”, fueron las palabras que expresó Jorge Acevedo, alcalde de Cúcuta.

 

Los detalles del ataque

El sábado por la noche, en el Colegio Santo Ángel de la Guarda de Cúcuta, se estaban llevando a cabo las Interclases, un evento que reúne a estudiantes, padres de familia, docentes, directivos y miembros de la comunidad, para disfrutar de diversas presentaciones culturales y deportivas.

Luis Miguel Osorio Chacín llegó al evento en un vehículo blindado marca Toyota Corolla, color blanco y con placa JHK433, acompañado por sus dos escoltas, Ulises José Gélvez de la Hoz y Leider Sebastián Pérez, así como su hijo de 14 años. Su esposa y otros familiares llegaron en un automóvil negro.

Debido a que los escoltas llevaban las armas de dotación en el vehículo blanco, se les prohibió el ingreso a la institución, por lo que tuvieron que estacionarlo fuera de las instalaciones.

Un testigo indicó que, antes de entrar al colegio, Luis Osorio había mostrado cierta preocupación y había advertido a sus escoltas que estuvieran atentos a cualquier eventualidad.

Mientras el hombre y su familia disfrutaban del evento, los guardaespaldas permanecieron en la entrada del colegio, esperando a que terminara la actividad.

Lo que no se había notado era que también había otro automóvil parqueado en el lugar, que llegó justo después de la familia.

Se trataba de un Chevrolet Sail, color gris y con placa UBV426, ocupado por cuatro personas que permanecieron dentro del vehículo hasta el final del evento.

Eran las 7:30 de la noche cuando las familias empezaban a salir del colegio para regresar a sus hogares. Luis Miguel y su hijo también se dirigían hacia su vehículo, acompañados por otras dos menores de edad.

En el trayecto, Osorio Chacín se detuvo momentáneamente para decirle algo a su esposa, que estaba al volante del otro carro. Luego alcanzó a los adolescentes y a sus escoltas para abordar el vehículo blindado.


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Leider Sebastián, de 26 años, era quien conducía, Luis Osorio, de 45 años, ocupaba el asiento de copiloto, y en la parte trasera del vehículo, abordarían Ulises José, de 32, y los tres menores de edad, todos de 14 años. Pero antes de subirse al automotor, se desató la tragedia.

Del carro gris que también estaba estacionado en el lugar, se bajaron tres hombres armados. El primero, que vestía una camisa roja y portaba una pistola, se acercó por el lado izquierdo del Toyota Corolla. Mientras tanto, los otros dos hombres, uno con pistola y el otro con un fusil, se dirigieron al lado derecho del vehículo.

Tanto Leider como Luis lograron cerrar las puertas del carro a tiempo. Sin embargo, las otras cuatro personas no tuvieron la misma suerte, dejando el vehículo expuesto y sin que el blindaje pudiera protegerlos.

Los tres hombres comenzaron a disparar a quemarropa contra todos los ocupantes del vehículo. Al menos unos cincuenta disparos se escucharon, convirtiendo el lugar en una escena de terror y caos.

Una vez completada su acción, los hombres regresaron al vehículo gris en el que habían llegado y se dieron a la fuga, dejando atrás un saldo fatal.

Acto seguido, una de las adolescentes, que había recibido dos impactos de bala en el brazo y en la pierna, logró salir del carro y corrió hacia la entrada de la institución educativa en busca de refugio.

Quienes fueron testigos de los hechos corrieron a auxiliar a las víctimas. Al darse cuenta de que Luis Osorio había fallecido de inmediato tras recibir al menos 15 balazos, rápidamente trasladaron a las otras cinco personas heridas a los centros asistenciales, manteniendo la esperanza de que pudieran sobrevivir.

Sin embargo, minutos más tarde se confirmó que Ulises Gélvez y el hijo de Osorio Chacín, también habían fallecido.

 

Abandonaron el carro

Mientras las autoridades estaban en la escena de la masacre, recibieron el aviso de un vehículo abandonado en el Anillo Vial Occidental, entre la entrada al corregimiento El Pórtico y el Km 8 de Los Patios.

Era el mismo carro en el que los sicarios habían huido del lugar. Su intención era incinerar el vehículo junto con la ropa que usaron durante el ataque para borrar cualquier rastro, pero el plan no salió como esperaban.

Ellos creyeron que lanzando un papel encendido dentro del tanque de gasolina sería suficiente para llevar a cabo el crimen perfecto. Sin embargo, aunque el fuego comenzó con fuerza, se apagó rápidamente.

 

Las hipótesis

Aunque la masacre sigue siendo objeto de investigación, las autoridades mantienen el móvil como un ajuste de cuentas.

Se cree que Luis Osorio fue el objetivo principal del ataque debido a sus presuntas conexiones con el narcotráfico. Al parecer, el hombre tendría una orden de captura en Venezuela por ese mismo delito.

Osorio Chacín estaría vinculado a un establecimiento comercial de juegos de azar y sería inversionista en varios negocios. Aunque es originario del vecino país, donde también tiene inversiones, su principal actividad comercial se desarrollaba en Cúcuta.


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Una fuente judicial le contó a este medio de comunicación que el año pasado, fue asesinado Genrry Jaimes Moya Bracho, alias Maracucho, quien sería uno de sus más grandes socios.

El crimen habría sido perpetrado por Harold Rubén Prieto Lobo, alias Uzi, en la calle 8 con carrera 3A del barrio Villa Antigua, cuando la víctima se disponía a llegar a su vivienda.

Las autoridades están investigando si existe alguna relación entre estos dos desafortunados eventos. Además, se están recopilando pruebas suficientes para identificar a los responsables, pues se presume que una guerrilla podría estar detrás del ataque.

 

Una millonaria recompensa

Al lugar de los hechos llegó el alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, y junto con el comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cúcuta, coronel Édgar Correa, anunciaron la suma de $20 millones de recompensa por información que permita ubicar a los responsables de la masacre.

Por su parte, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, se unió al rechazo del hecho y ofreció $30 millones adicionales para incentivar la búsqueda de los culpables.


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