El secuestro es una experiencia traumática. Sin embargo, Ulf Birger Erlingsson aprovechó los dos meses que estuvo bajo el poder del Ejército de Liberación Nacional (Eln) para reflexionar sobre algunos problemas personales y hasta se divirtió a su manera.
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La Opinión habló en exclusiva con el suecoamericano, que fue secuestrado el 1 de marzo, en un retén de esta guerrilla y fue liberado el 3 de mayo en Tibú. El extranjero describió el hecho como ‘una puesta en escena’, en la que un grupo de guerrilleros lo entregó a una comisión compuesta por integrantes de la Defensoría del Pueblo, la Iglesia católica y la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
El geólogo y, youtuber, de 63 años, recordó que el tiempo que estuvo secuestrado lo pasó en una pequeña habitación en la que solo había un colchón, una botella con agua y un ventilador. Además, tenía amarrada una cadena a un pie, por lo que le incomodaba al caminar.
“El Eln dijo en un comunicado que yo soy un espía, algo que es falso, porque yo llegué a Cúcuta para reunirme con unos amigos venezolanos que están activos en la política. Otro propósito fue hacer una producción audiovisual sobre las adolescentes que recurren a ser modelos webcam o a vender su cuerpo”, contó Ulf con serenidad y una sonrisa.
Su llegada al país
La noche del 21 de febrero, ‘Noni’, la exesposa de Ulf, lo acompañó al aeropuerto de Miami para que se subiera a un avión con destino a Bogotá, adonde llegó al día siguiente.
Una vez en el Aeropuerto Internacional El Dorado, el extranjero tomó un avión con rumbo a Cúcuta. Lo primero que hizo al llegar a la capital de Norte de Santander fue alquilar un vehículo en una empresa ubicada en la terminal aérea.
“Yo alquilé el carro para tener la comodidad de recorrer a Cúcuta tranquilamente, también arrendé un apartamento, que queda en un conjunto residencial del barrio San Luis, para recibir a mi visita y a unas jóvenes con las que iba a grabar un video para YouTube”, aseguró Ulf.
El video que iba a grabar se trataba sobre las experiencias de las adolescentes que trabajan como modelos webcam en la ciudad, para eso trajo dos cámaras, un trípode, un dron y un micrófono.
“Hay personas que dicen que yo buscaba jovencitas para tener relaciones sexuales, pero eso es falso, porque esa búsqueda fue netamente para producir un video para YouTube en el que ellas relataran cómo es su trabajo, sus historias de vida y otros temas”, explicó el extranjero.
La visita de sus amigos nunca la tuvo, pues lo secuestraron antes del encuentro, por lo que las autoridades se llevaron sus cosas del apartamento luego de revisarlo minuciosamente.
El día del secuestro
Ulf Birger Erlingsson siempre ha sido curioso y tiene una percepción de que todas las personas son amables y bondadosas, precisamente eso lo llevó el 1 de marzo a montarse en su vehículo y conducir hacia la zona del Catatumbo para observar los paisajes.
El youtuber dispuso que apenas se encontrara un retén militar se devolvería, pero según él solo lo vio después de pasar el río Catatumbo. Por su poco conocimiento sobre la zona, Ulf no supo por dónde se metió cuando iba a regresarse al apartamento.
“Yo recorrí por el norte para saber hasta dónde podía ir, cuando di la vuelta y llegué a unas colinas, antes de llegar a una planicie, la guerrilla tenía un puesto de control, ahí miraron qué fotos tenía en la memoria de la cámara y me preguntaron qué hacía en la zona”, explicó el geólogo.
Los hombres, que estaban armados y vestidos con camuflados, le pidieron el pasaporte a Ulf, mientras que él les aseguró que era un turista y por eso tenía unas cámaras, porque estaba fotografiando y registrando los paisajes.
Los cuatro desconocidos se subieron al vehículo del sueco y arrancaron con él. Luego de una hora y media de trayecto, los guerrilleros se bajaron del vehículo, le vendaron los ojos y lo subieron a una camioneta.
“Yo escuché en un punto que pasaron por un peaje, lo supe porque ellos dijeron ‘hay un peaje’ y pasaron como si nada, no se detuvieron en ningún momento. Durante dos semanas nos quedamos en Tibú, estuvimos en tres casas de las que nos movíamos cada cinco días”, explicó.
La noche del 17 de marzo lo despertaron, le vendaron los ojos y lo subieron a un carro. Ulf cree que cruzaron la frontera hacia Venezuela hasta llegar a una finca donde pasó el resto de su cautiverio.
La finca, según él, era un lugar olvidado, con goteras, paredes agrietadas y de color azul oscuro, con piso de cemento.
“A mí me amarraron primero de los dos pies, pero un día uno de los candados se dañó y prefirieron encadenarme de un solo pie. Yo sé que estuve en Venezuela, porque unos días antes de la liberación me enfermé de diarrea y fiebre y para traerme los medicamentos tardaron como ocho horas”, dijo Ulf.
‘Comencé a cantar’
La rutina de Birger Erlingsson era clara: levantarse temprano, desayunar una arepa con queso o huevo, el almuerzo era arroz, plátano, yuca o papa y carne. También cantaba cualquier cosa que le llegara a la mente, mientras daba unos pocos pasos.
Ulf recuerda con risa que él caminaba y la cadena hacia un ruido que desagradaba a los ‘caleteros’, que se quejaban y le reclamaban, por lo que él seguía fastidiándolos hasta que sus captores se alejaban del lugar.
Cuando se aburría de caminar se acostaba en el colchón y cantaba los himnos de Suecia o Venezuela. Incluso se las ingenió para que los custodios se aprendieran su nombre mediante una canción.
En un principio le decían ‘gringo’, pues su nombre es enredado para que los ‘caleteros’ lo recordaran o pronunciaran fácilmente. Por eso un día cantó: ‘Mi nombre es Ulf, me llamo así y en Suecia es donde nací’.
Precisamente, esa frase fue escuchada por una niña que vivía en la finca, por lo que le preguntó a su mamá por la persona que estaba encerrada en la pieza. El 14 de abril la guerrilla decidió sacar a mamá e hija del lugar.
“La niña le preguntó a la mamá quién era Ulf y por qué tenía una cadena. Yo descubrí al final del secuestro que a mí me cuidaba una familia conformada por al menos tres niños y una pareja, que ingresaban a la habitación con un pasamontañas para entregarme la comida. A la pequeña todas las mañanas se la llevaban para la escuela y la traían en la noche”, recordó el geólogo.
Añadió que el 16 de abril los secuestradores hackearon su celular y consiguieron información sobre él protestando contra el gobierno de Venezuela, por lo que el trato amable cambió y lo comenzaron a interrogar para saber cuál era su ‘misión’ y la identidad de su contacto en Colombia. Horas después le anunciaron que lo iban a liberar.
La liberación
La ‘hora cero’ que Ulf pensó que nunca iba a llegar, se retrasó por una enfermedad que padeció, por lo que el Eln decidió esperar otros días.
Sin embargo, las intenciones de la guerrilla sobre su liberación se aumentaron cuando los captores indagaron sobre la talla de camisa, pantalón y zapatos del extranjero, además, lo dejaron afeitar y le cortaron el cabello.
El 3 de mayo caminó delante de unos guerrilleros que vestían camuflado, en un brazo llevaban la bandera del Eln y estaban armados, y así fue entregado a la comisión que lo esperaba para llevarlo al casco urbano de Tibú.
De una base militar de Tibú fue trasladado en un helicóptero a las instalaciones de la Trigésima Brigada del Ejército, donde en una caravana fue llevado hasta la Gobernación de Norte de Santander, luego al Aeropuerto Internacional Camilo Daza.
Su ruta finalizó en Miami, donde llegó en un avión de la embajada de Estados Unidos en Colombia. En esa ciudad de Florida se reunió con sus seres queridos en un abrazo que parecía eterno, celebró días después sus cumpleaños y se fue para Suecia.
Ulf aseguró con tristeza que no podrá volver a Colombia, por la recomendación del FBI, tras la acusación de ser un ‘espía’. Dijo que el país le parece un paraíso que es desaprovechado por los corruptos y violentos.
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