La primera semana en la que Gustavo Petro dirigió al país junto a los nuevos alcaldes y gobernadores fue retadora para el jefe de Estado. Por un lado, tuvo que hacer frente a los nuevos mandatarios, y a los salientes, que le reclaman más apoyo para desarrollar grandes proyectos de infraestructura en sus territorios; y, además, sorteó con la papa caliente de la realización –que está en vilo– de los Juegos Panamericanos de 2027.
El presidente priorizó en su agenda una serie de reuniones de planeación estratégica, para 2024, con miembros de su gabinete ministerial y altos funcionarios como el director de la Policía Nacional, el general William Salamanca. Pero estos encuentros tuvieron varios recesos obligados para atender la contingencia de los Panamericanos y el lío con Panam Sports, tema que se abordará este martes en una reunión en el despacho presidencial.
En paralelo a la contención de esa crisis en materia deportiva, varios de los nuevos mandatarios regionales le hicieron insistentes llamados al jefe de Estado para dialogar sobre las prioridades de sus ciudades y departamentos, mientras que dirigentes salientes como el exgobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, reclama que se sintió ignorado por parte del presidente y sus ministros, en el último año y medio.
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Le piden cumplir compromisos
Una vez dejó su cargo en la alcaldía más importante del país, la de Bogotá, Claudia López le alzó aún más los taches al jefe de Estado, pese a que la primera línea de su equipo político lo apoyó en la segunda vuelta de las presidenciales de 2022. Ahora haciendo cálculos para 2026, López sigue perfilándose como una crítica de Petro y le exigió que deje de sabotear, por revanchismo, las obras clave de la capital.
Luego de que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla) archivó la solicitud de licencia ambiental para la ampliación de la autopista Norte de Bogotá, López señaló que detrás hubo un interés político de Petro. “Su gobierno paró el Regiotram del Norte, acaba de frenar la ampliación de la Autonorte y anunció que se opondrá a la expansión de la avenida Boyacá. Pare ya el saboteo y la revancha. Usted que se dice demócrata, acepte las decisiones de las urnas y la voluntad popular. Salga del ni hace ni deja hacer”, dijo López.
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, defendió la decisión, para desacreditar las motivaciones políticas que alegaba la exalcaldesa, y expuso sus argumentos técnicos: “Pasar la avenida Boyacá por la reserva Van der Hammen es acabar la reserva por fragmentación. Licencia se archivó por no cumplir su propio Plan de Ordenamiento Territorial y no garantiza conexión hidráulica del humedal Torca y Guaymaral”, señaló la ministra.
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Y esa no fue la única fricción de Petro relacionada con Bogotá, pues el alcalde Carlos Fernando Galán debutó chocando con el presidente. El nuevo Alcalde Mayor reconoció diferencias con Petro en temas como la construcción del Metro, cuya primera línea será elevada, e insistió en la necesidad de “construir sobre lo construido” para rescatar aciertos de alcaldes anteriores.
Pero ese discurso no caló en el jefe de Estado, que criticó la apuesta de Galán de rescatar lo hecho por sus antecesores, y respondió que “cuando dicen ‘construir sobre lo construido’ es hacer más troncales de Transmilenio. Hora de hacer rupturas tecnológicas y sociales. Veremos qué ciudad se le mide. La apoyaremos con toda”, dijo Petro en X.
Foco en las obras regionales
López y Galán no son los únicos que han hecho reclamos al presidente, pues también se unieron el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, y el alcalde Medellín, Federico Gutiérrez, quienes criticaron que el presidente frena proyectos en el departamento, como ocurrió con las autopistas 4G, como un mensaje de revancha con “sesgos ideológicos”. Petro respondió y negó alguna animadversión con Antioquia.
Otro que le dio un campanazo al presidente y al ministro de Transporte, William Camargo, para que respalden sus obras fue el nuevo alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, quien planteó que la ciudad “tiene un atraso de ocho años en movilidad. Obras como la Troncal Norte – Sur, el Par Vial de la 54, la doble calzada La Virgen – La Cemento, requieren de la intervención del Gobierno, porque dos de ellas son rutas nacionales”.
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El saliente gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, fue crítico al igual que López y señaló que tuvo trabas en la Casa de Nariño para la atención de los ministros y la gestión de recursos. “El año y medio que goberné siendo Gustavo Petro el presidente fue un tiempo perdido, había muchas trabas en Bogotá y desatención a los proyectos. Incluso gestionar apoyo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres era algo difícil”, cuestionó Zuluaga.
En otros territorios como en Rosas, Cauca, esperan una solución definitiva, que el mandatario prometió, a los problemas y deficiencias constantes que sufre la vía Panamericana, mientras siguen en el aire otras obras que fueron promesas de Petro como el ambicioso tren elevado de Buenaventura a Barranquilla.
Por lo pronto, en esta segunda semana del presidente junto a los nuevos alcaldes y gobernadores hay un reto claro, pues se dará en Bogotá una cita para lanzar un salvavidas para no perder definitivamente la sede (ver Para saber más) de los Juegos Panamericanos.
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