Tal y como lo ordenó la Contraloría General de la República hace dos semanas, los cinco procesos que adelantaba la Contraloría Municipal de Cúcuta contra el alcalde Jairo Tomás Yáñez Rodríguez y que originaron la solicitud de suspensión en su contra, ya fueron remitidos a Bogotá para su estudio.
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Este trámite se cumplió luego de que el saliente titular del ente de control fiscal, Carlos Felipe Córdoba, resolviera decretar la intervención funcional excepcional sobre estas investigaciones, atendiendo una petición que elevó el propio mandatario municipal, quien alegaba una “evidente carencia de imparcialidad” por parte del organismo en la ciudad.
Así las cosas, se ordenó que los procesos de responsabilidad fiscal en los que se indaga por un presunto detrimento patrimonial de más de $6.221 millones quedaran a cargo de la Contraloría Delegada para la Responsabilidad Fiscal, Intervención Judicial y Cobro Coactivo de la Contraloría General de la República, en Bogotá.
Sin embargo, como en esa resolución no se decidió nada sobre la exigencia que hizo el contralor municipal, Oscar Sandoval, de suspender de manera inmediata al alcalde, mientras se resuelven las investigaciones, Yáñez Rodríguez decidió solicitar la revocatoria directa de esa medida.
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“Solicito se dé aplicación a la excepción de inconvencionalidad y se revoque la Resolución 088 de 2022 por inconstitucional e ilegal, emitida por el contralor municipal de San José de Cúcuta, con el fin de evitar la afectación de los derechos políticos que como alcalde elegido democráticamente me asisten y de quienes con su voto popular me eligieron”, le dice el gobernante a la Contraloría General.
Yáñez plantea que es “vital” para Cúcuta que se restablezca plenamente el orden constitucional y legal “abiertamente vulnerado con la Resolución 088” e insiste en que la medida de suspensión afecta derechos políticos protegidos y amparados por la Convención Americana de Derechos Humanos.
“Tal como ocurrió en el caso (Gustavo) Petro Urrego, estamos frente a una sanción de destitución disfrazada de una suspensión provisional, pero con todos los méritos para exceder hasta el 31 de diciembre de 2023, fecha en que termina mi periodo como mandatario local, impuesta por el contralor municipal sin las garantías mínimas exigidas en la Convención Americana de Derechos Humanos”, argumenta Yáñez.