El Gobierno de Estados Unidos se negó a confirmar si ha revocado la visa del presidente de Colombia, Gustavo Petro, luego de que el propio mandatario afirmara que ya no puede ingresar a territorio estadounidense. La situación ha desatado una ola de especulaciones, en medio de un clima de creciente tensión diplomática entre ambos países.
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Durante un consejo de ministros celebrado en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo colombiano, Petro dijo que el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, viajó esta semana a Washington para asistir a las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), pero que él no lo acompañó debido a una supuesta decisión del Gobierno de Estados Unidos.
“Yo ya no puedo ir porque creo que me quitaron la visa. No tenía necesidad de tener visa, pero bueno. Ya vi al Pato Donald varias veces, entonces me voy a ver otras cosas”, expresó el presidente en tono informal, sin brindar mayores detalles sobre los motivos detrás de la presunta revocatoria.
Las declaraciones generaron múltiples reacciones, tanto en Colombia como en medios internacionales, al recordar un episodio similar ocurrido en 1996, cuando el entonces presidente Ernesto Samper perdió su visa en medio del escándalo por el ingreso de dinero del narcotráfico a su campaña. De confirmarse lo dicho por Petro, se trataría del segundo caso de un presidente colombiano en ejercicio sancionado con esta medida.
Departamento de Estado guarda silencio ante afirmación de Petro
Consultada por la prensa sobre la versión del mandatario, la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, evitó hacer comentarios específicos. “Por supuesto, no comentamos sobre casos de visas individuales. Nuestros registros de visas son confidenciales”, respondió durante una rueda de prensa en Washington.
Bruce no mencionó directamente a Petro, pero resaltó que existen temas prioritarios en la relación bilateral: “Lo que sí puedo decir es que nuestros dos países han tenido la oportunidad de crear un futuro mejor para sus ciudadanos mediante esfuerzos dirigidos a combatir a los violentos carteles de la droga que están envenenando a nuestros ciudadanos y desestabilizando nuestra región, creando oportunidades económicas que impulsan la prosperidad y poniendo fin a la crisis regional de inmigración ilegal”.
Las tensiones entre el presidente colombiano y sectores del Gobierno estadounidense se han hecho más visibles en los últimos meses. Uno de los episodios más recientes ocurrió tras una entrevista de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, al medio estadounidense Newsmax. Según Noem, durante un encuentro en Bogotá, Petro habría dicho que los miembros del Tren de Aragua “son en realidad personas que necesitan ‘más amor y comprensión’” y que algunos de ellos son sus “amigos”.
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El presidente respondió negando categóricamente esas afirmaciones. “No son ciertos”, aseguró Petro, quien además sugirió que se tratara de un malentendido: “un posible error de traducción”.
Desde que asumió la Presidencia el 7 de agosto de 2022, Gustavo Petro ha visitado en varias ocasiones Estados Unidos. Ha participado en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, celebró un encuentro oficial con el presidente Joe Biden y asistió a diferentes foros y reuniones multilaterales. Su exclusión de la actual agenda internacional ha despertado dudas sobre el estado real de la relación entre Bogotá y Washington, y sobre si esta situación representa un punto de quietud o una nueva fase en su vínculo diplomático.
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