Samper señaló que el acuerdo humanitario ha sido firmado ya por el Epl, el Eln, las disidencias de las Farc y otros actores armados que hacen presencia en el Catatumbo y que solamente falta un actor, que es el Gobierno colombiano.
“El Gobierno tiene que aceptar, en aras de la humanización del conflicto y de la aplicación del Derecho Internacional Humanitario, que se haga esto que hemos denominado un cese bilateral humanitario. Que cesen los enfrentamientos armados que comprometen la vida, la movilidad y la libertad de la población del Catatumbo”, planteó.
Y agregó: “Queremos pedirles a los honorables congresistas que nos acompañen, que le ayuden a la gente del Catatumbo, donde está próximo a estallar un conflicto de alta intensidad, a que por lo menos la población civil inocente, esas 300.000 personas que no tienen nada que ver con el conflicto armado, se les garanticen sus derechos mínimos y básicos”.
Cumplir el Acuerdo de Paz
La Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), también les insistió a los legisladores norteamericanos en la importancia de exigirle al Gobierno Nacional el cumplimiento del Acuerdo de Paz que se suscribió en 2016 con las Farc, pues manifestó que la “precaria implementación” y la imposibilidad de avanzar en un diálogo con el Eln, ha conllevado a que el conflicto continúe en la región.
“Solicitamos a la comunidad internacional, a los congresistas americanos comprometidos con la paz de Colombia, a que den lugar para asumir el debate internacional en relación con el enfoque que se le da a la guerra contra las drogas, teniendo en cuenta las afectaciones que estas han generado en las comunidades, pese a la voluntad de las mismas de sustituir los cultivos declarados ilícitos”, señaló Juan Carlos Quintero, representante de la Asociación.
En ese sentido, pidió a los congresistas revisar el presupuesto destinado a Colombia para la lucha contra las drogas, y los incumplimientos que se vienen dando en el programa de sustitución, dada la insistencia del Gobierno Nacional en retomar las erradicaciones terrestres y aéreas con glifosato.
Finalmente, Gimena Sánchez, representante de WOLA, aseguró que como sociedad civil estadounidense seguirán apoyando a las comunidades afectadas por la guerra e insistiéndole tanto al Congreso como al Gobierno de EE. UU. para que respalden el esfuerzo que se viene haciendo para humanizar el conflicto en zonas como el Catatumbo y mejorar la situación de crisis que se vive en esta frontera.
En el encuentro también participaron Aschkayra Arabaradora, en representación de la población Barí, y el padre Jairo López, vocero de la Diócesis de Ocaña y de la Comisión por la Vida y la Reconciliación.