Petro y su delegación tenían programado volar a Colombia el domingo 7 de mayo, pero la estadía se extendió hasta el lunes sin que se tuviera una excusa mayor a actividades personales. El viaje a Bogotá terminó siendo el 8 de mayo casi sobre el medía día en Lisboa, sin que el mandatario expresara una disculpa a su amplia comitiva.
Esas retiradas situaciones llevaron a que desde la oposición se insiste en la necesidad que Gustavo Petro sea sometido a un control médico y que el país conozca realmente cuál es su estado porque consideran que puede estar poniendo en riesgo la seguridad del país. Esta semana además se conoció que en la Semana Santa se realizó un procedimiento médico para retirarse unas arugas en su cuello, algo similar a lo que pasó hace unos meses cuando se hizo un injerto de cabello.
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Si bien el mandatario tiene libertad para realizarse ese tipo de procedimientos médicos, sí debe informar, en particular al Congreso, si alguna de esas situaciones le obligan a que deba ser sedado por completo, ya que eso genera un riesgo en su vida y él ante todo es el presidente de la República.
La compleja denuncia de Leiva suscitó una reacción inmediata de Petro, quien le contestó que “¿Es que París no tiene parques, museos, librerías, más interesantes que el escritor, para pasar dos días? Casi todo en París es más interesante”, escribió en su cuenta de x.
Apuntó además que “¿es que acaso no tengo hijas y nietas en París, muchísimo más interesantes que el escritor?”. Su hija Andrea salió igualmente al paso y sostuvo que su papá estuvo compartiendo con sus dos nietas y lo hicieron porque en Colombia la complejidad de la agenda y la situación de seguridad no permiten que sus hijas compartan libremente con su abuelo.
Con esta controversia al rojo vivo, el presidente abrió una nueva pelea, que por ahora cerró la controversia al tema de su presunto consumo de drogas. Petro en una actividad pública en Soledad en donde presentó a uno de los comités que impulsará la consulta popular de la reforma laboral, se refirió con una fuerte grosería al presidente del Senado, Efraín Cepeda.
El primero en responderle fue el presidente del Senado, Efraín Cepeda, al señalar que el mandatario “no comprende la dignidad que ostenta” y que por eso “recurre a la grosería y la bajeza”.
Y si lo que buscó Petro fue cerrar la polémica a lo revelado por Leiva, suscitó una situación que le llevó a que Cepeda recibiera un amplio respaldo, incluso de socios que tiene en la actualidad el mandatario, como lo es Jaime Raúl Salamanca, el presidente de la Cámara, quien controvirtió a Petro por esa postura.
A la voz de Salamanca se sumaron los partidos Liberal, Conservador, Cambio Radical, La U y otros sectores políticos, que pidieron a Petro moderar su lenguaje y respetar las dignidades del Estado similar a como él lo reclama cuando le cuestionan.
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