Abelardo de la Espriella es abogado, empresario, escritor, opinador y su irreverencia lo ha llevado a ser protagonista, en varias oportunidades, en la escena política nacional, al punto que hoy muchos aseguran que podría ser uno de los presidenciables de 2026.
Aunque él no confirma por ahora esa opción, en los últimos días inició un recorrido por el país para presentar su nuevo libro ‘Almas asesinas’ y de paso darle impulso a una propuesta que lanzó recientemente, “el ejército democrático de los defensores de la patria”, para que los ciudadanos no solo le hagan contrapeso a las reformas del gobierno de Gustavo Petro, sino que empiecen a consolidar una veeduría electoral, con el fin de evitar que, en dos años, Colombia tenga que vivir lo que está viviendo Venezuela.
La última parada de De la Espriella fue en Cúcuta, en donde ratificó sus duras críticas al presidente de la República y reiteró que Colombia “nunca antes había estado en tanto riesgo como ahora”.
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“Amén de lo que está haciendo con la economía, que la está destruyendo, lo que hace Petro, al igual que todos los izquierdistas, es destruir la economía para que la gente termine viviendo del subsidio estatal como pasa en Venezuela. Como si fuera poco todo lo anterior, entonces el tipo les ha entregado todos los territorios a los delincuentes y mientras empodera a los ilegales para que le garanticen el control territorial y los votos de paso, entonces debilita la fuerza pública”, aseguró el abogado en diálogo con La Opinión.
Dijo que es este panorama el que lo ha llevado a invitar a los colombianos a que se unan a la causa de “defender la patria”, puesto que el país está atravesando “sus horas más oscuras”.
Para De la Espriella, contrario a la idea de cambio con la que se hizo elegir en el 2022, el de Petro ha sido “el peor de todos los gobiernos”, pues, en su criterio, está acabando con la institucionalidad, con las libertades y cree que su intención no es otra que “atornillarse en el poder” como lo ha hecho Maduro en Venezuela.
Sobre los dos años que le restan al primer presidente de izquierda que ha tenido en el país, Abelardo de la Espriella insistió en que debe esperarse todo lo peor “y lo apocalíptico. Todo lo que venga de Petro es una fatalidad, hay que recibirlo con beneficio de inventario y hay que salir a denunciar. Él llegó al poder fue a vengarse y no a gobernar”.
‘Elecciones en riesgo’
El abogado y empresario cordobés tiene un presagio y es que las elecciones presidenciales que tendrán lugar en dos años en Colombia podrían no ser ni libres, ni democráticas.
Su teoría se sustenta en la misma imagen que tiene del gobierno actual, pues asegura que Gustavo Petro está haciendo todo para que ese sea el escenario al que se enfrenten los colombianos en 2026 y dice que para eso fue que vinculó a su gobierno a Juan Fernando Cristo, como ministro del Interior.
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“Petro está comprando alianzas electorales a través del Congreso de la República, a través de los subsidios; está haciendo un trabajo de base muy complicado, porque está dañando la capacidad de trabajar de la gente, regalando todo. Sí hay que ayudar a los más necesitados, pero lo que está haciendo Petro es impresentable, porque quiere comprar a la gente y uno entiende que con tantas brechas sociales y económicas, con tanto problema, a la gente no le queda de otra”, planteó De la Espriella.
Y aseguró que al jefe de Estado se le ha subestimado con su propuesta de constituyente y la idea de la reelección que tienen algunos líderes de su entorno más cercano, pero está demostrado que todo lo que él ha querido lo ha conseguido.
“Hay que prestarle atención a eso y por esa razón es que estamos montando este ejército de patriotas defensores de la patria, para defender la Constitución y la ley, a través de los mismos mecanismos que nos otorgan las normas colombianas. A este país lo vamos a defender por la razón o por la fuerza”, señaló.
¿Candidatura presidencial?
Con relación a las posibles candidaturas presidenciales que ya empiezan a destaparse en el país y en cuya lista también aparece su nombre, Abelardo de la Espriella no la confirma, pero tampoco la rechaza.
Cree que este no es el momento para hablar de aspiraciones a la Presidencia de Colombia, sino de defender la democracia y asegurar que haya elecciones libres.
“El otro año se verá qué pasa. Lo primero que tenemos que hacer es pelear porque haya elecciones y luego de que se haya superado ese escollo, ese problema, ese peligro, entonces sentarnos a ver qué va a pasar con candidaturas, porque lo importante ahora es el país, no las banalidades personales”, consideró.
No obstante, al insistirle en que si es de su interés abanderar un proyecto presidencial, De la Espriella señaló que más que de él, el interés es de mucha gente que confía en sus capacidades, en lo que quiere hacer y en que lo puede hacer.
“Sobre todo, tengo la determinación, y como los nortesantandereanos, yo llegué tarde a la repartición del miedo y lo que se requiere en este momento es precisamente valentía y valor para enfrentar los grandes desafíos que tiene nuestro país por delante”, manifestó.
No obstante las señales que ha empezado a dar sobre su eventual aspiración, negó que el llamado “ejército democrático” sea la plataforma para ese proyecto.
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Este grupo, es un grupo de ciudadanos que está preocupado y uno tiene un liderazgo, la gente lo oye. Entonces, uno no se puede quedar haciendo trinos y poniendo videos. Tenemos que hacer algo. Vamos a organizar un grupo de patriotas preocupados por este país, que les duele lo que está pasando, para que nos ayuden a demandar los decretos, las leyes y que hagan un frente para defender la voluntad popular a través de los mecanismos electorales”, sostuvo.
Sus posturas
Aunque De la Espriella prefiere ser discreto al hablar de una posible candidatura presidencial para 2026, desde ya tiene claro cuál es el modelo de país que se necesita y lo que haría si fuera él, el que llegara al poder en 2026.
Dice que Colombia debe ser un Estado pequeño, austero y en el que la prioridad sea la seguridad. Cree que debe haber un ejercicio decidido de autoridad y por esa razón bombardearía campamentos, fumigaría los cultivos ilícitos y armaría un bloque de búsqueda contra la corrupción, para perseguir a los políticos y familiares que se hayan robado los recursos públicos.
No les daría continuidad a los procesos de paz que existen actualmente, porque dice que “la evidencia empírica ha demostrado que la paz no se consigue, la paz hay que imponerla con la fuerza de las armas y de las leyes del Estado”.
Considera que en el país no se podría repetir lo de Nayib Bukele en El Salvador, pues a pesar de que cree que “es fantástico e increíble”, el escenario colombiano es muy distinto, dados todos los fenómenos ilegales que se conjugan aquí.
Rompería toda relación con Venezuela si el gobierno de Maduro sigue en 2026 y deportaría, a partir del 8 de agosto de ese año, a los venezolanos que estén de manera ilegal y delinquiendo en Colombia. En consecuencia, dice que diseñaría un plan especial para la frontera, el cual “evidentemente no tendría nada que ver con un gobierno que es tirano”.
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