Entre lágrimas, Jairo Ruiz Casas celebró –ubicado al borde de los aparatos- las cuatro medallas logradas por Ángel Gabriel Barajas Vivas, uno de sus ‘hijos’, en el Campeonato Mundial Juvenil de Gimnasia Artística celebrado en Antalya, Turquía.
El férreo entrenador y seleccionador de Colombia fue uno de los artífices de la hazaña histórica de Ángel, que a sus 16 años logró las primeras medallas mundialistas para el país.
“Nosotros con diferentes gimnastas empezamos ganando Nacionales en un aparato, luego en dos, luego títulos. Ganamos en Bolivarianos, Suramericanos, Centroamericanos, Panamericanos, Copas Mundo, cuartos, quintos y sextos lugares en los Mundiales, pero nunca habíamos ganado una medalla. Yo no digo que estaba seguro que ganaríamos, pero si estaba tranquilo por el trabajo que habíamos hecho”, dijo Ruiz, en diálogo con La Opinión.
Antes de viajar, Jairo no se atrevía a decir en cuál aparato apuntaba presea, pero Ángel confesó que la apuesta era en Barra Fija, en la que ganaron bronce. Fueron oro en Suelo y Barra Paralelas, y plata en el All-Around.
“Es histórico. A parte de las medallas, Ángel dejó un puntaje tremendo en la clasificatoria de 81.400. Es el mejor gimnasta del país. Perdimos en el All Around por muy poco, fuimos oro en suelo y paralelas con una presentación fantástica. En barra fija, la apuesta de nosotros, Ángel me confesó que estaba cansado”, contó el estratega de 66 años.
Un metódico estricto
Jairo es un hombre estricto, disciplinado, metódico, pero cercano con las decenas de gimnastas que ha formado en Norte de Santander desde hace 42 años. Apasionado por la gimnasta y un inquieto a la hora de aprender en torno a ella.
“Nací en Bogotá, pero desde los tres años estoy en Cúcuta. Soy cucuteño. Estudié Licenciatura en Educación Física, master en Fisiología del Ejercicio, una más de Rendimiento y Alto Rendimiento, en enero me gradué en Ciencias de la Actividad Física y el Deportes. Ya próximo a estudiar el doctorado en Ciencias de la Actividad Física”, expuso Ruiz Casas sobre su preparación.
Despierta a las 4:00 a.m., trota algunos días, dicta dos horas de clase en el Instituto Técnico Guaimaral y luego parte a su lugar feliz: el coliseo Eustorgio Colmenares.
Fue gimnasta, pero de no sobresalió. “No era bueno, pero era líder”, dijo.
Por donde se le mire es un ganador formador de grandes como Jossimar Calvo, Jesús Romero, Javier Sandoval, Giovanny Quintero y decenas de gimnastas más.
Con las medallas mundialistas de Ángel alcanzó un techo.
“Sinceramente me apasiona estar en un gimnasio, yo no me canso. Pero no todo el trabajo es mío, no estoy solo, estoy rodeado de muchos profesionales: fisioterapeutas, psicólogos, médicos y ocho asistentes”, subrayó el formador.
Además en el coliseo cuenta con FisioGym (un centro de rehabilitación deportiva), el laboratorio de fisiología, un Tanque de Hubbard y saunas, lugares en los que se complementa su trabajo.
Es temperamental y exigente con sus deportistas.
“Soy fuerte, disciplinado, metódico, no les paso nada durante el entrenamiento, pero cuando terminan hablo con mis gimnastas y los felicito”, subrayó recordando que inició en las instalaciones del colegio Inem.
Entre los gimnastas que entrenan en el coliseo Eustorgio Colmenares lo llaman papá.
“Sé que entre ellos me dicen papá, pero a mí no me lo dicen. Me deja muy feliz porque yo en la formación de ellos soy alguien importante. Consigo almuerzos, peleo por ellos. Para que vivir sin servir, uno tiene que servir para que la gente se sienta contenta con la presencia de uno, eso es importante para mí. Me fascina esta profesión, si volviera a nacer, volvería a estudiar esto”, comentó el entrenador con el que vienen a entrenarse gimnastas de toda Latinoamérica.
Sueño Olímpico
Ruiz contó que fueron muy disciplinados en las horas de sueño y alimentación mientras estuvieron en Turquía. “Llevábamos melatonina y a las 7:00 de la noche ya estábamos descansando. Todo eso nos ayudó con los resultados”.
En la ronda clasificatoria fueron los mejores en la general individual entre 120 deportistas.
“Un hecho curioso fue que a Ángel, en el primer día, nadie lo miraba. Después los chinos, los japoneses e italianos preguntaban por los movimientos. Nos felicitaban. Son cosas que no tienen un valor, pero que generan gran satisfacción”, recordó.
Sobre Ángel no duda de que es el mejor gimnasta del país, aunque resalta que viene Camilo Vera, otro extraordinario.
Ir a los Juegos Olímpicos de París 2024, la próxima meta.
“Toda mi vida me ha gustado demasiado aspirar. Habíamos ganado todas las medallas del Ciclo Olímpico, Copa Mundo pero no Mundial. Lo soñaba y ya se cumplió. Ahora uno se pone metas y estamos desde ya concentrados, trabajando la barra fija mañana, tarde y noche porque en este elemento podemos clasificar a los Juegos Olímpicos. Buscaremos un cupo el otro año entre enero y febrero en las Copas Mundo. Yo sé que podemos con Ángel”, comentó el veterano entrenador quien fue a los Olímpicos con Jossimar Calvo en 2016.
‘Debe cumplirse el sueño de Ángel’
Ruiz Casas ha reiterado constantemente que se debe premiar a Ángel de la mejor manera. Y ella es cumpliendo su sueño de tener una casa propia.
“Para mí eso es lo máximo, es algo que espero. Porque el día que yo me muera y si Ángel no tiene donde meter la cabeza me recordará todo tiempo diciendo que yo le exigía, lo obligaba, lo sacrificaba y lo único que le dejé fue medallas, placas y trofeos… ¿eso qué? Yo anhelo que tenga su casa”, exclamó.
Jairo no duda en sentirse orgulloso por sus resultados en lo deportivo y por su aporte a la vida de sus deportistas.
“Les he enseñado ahorrar, a los papás los tengo presionados. Me enaltece, me engrandece, siento gran satisfacción porque le estoy enseñando. No es tanto ayudar a sacar una medalla, me gusta ayudar a formar íntegramente, que en la sociedad sea importante. Porque hay que dejar al deportista listo para cuando se retire decida una profesión, tenga un matrimonio y unos hijos de acuerdo a lo que aprendieron de uno”, sentenció.
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