Una difícil situación atraviesa el sector agropecuario afectado por la avalancha ocurrida en la vereda El Tarrita, en Ábrego.
Los campesinos le reclamaron al Gobierno Nacional un tratamiento especial porque tienen deudas con las entidades bancarias y prácticamente lo perdieron todo en el desastre natural.
En la actualidad no han podido sacar las cosechas debido al cierre de la carretera Ocaña-Cúcuta y se someten a una larga travesía desde las fincas el Alto del Pozo, Sardinata, El Zulia, Cúcuta, Pamplona, Bucaramanga, Aguachica hasta Ocaña donde se encuentra el mercado natural para la comercialización de los productos agrícolas con la Costa Atlántica.
La emergencia vial los toma en plena cosecha de cebolla que está a buen precio para resarcir las pérdidas, pero los fletes encarecen esos artículos de la canasta familiar.
El labriego Enrique Vergel quien se salvó de milagro porque corrió a tiempo, se encuentra en una casa cuyo arriendo lo paga la administración municipal y la Gobernación de Norte de Santander, mientras se supera la crisis. “Yo no quiero volver al campo ya que el desastre natural se puede repetir. Necesitamos una reubicación y que el Estado nos reponga las tierras para continuar con los cultivos”, agrega.
Manifestó que los parientes que aún permanecen en la parte alta viven una odisea a la hora de sacar los productos a la plaza de mercado. “Están sufriendo porque la avalancha acabó con los puentes y carreteras. Entonces deben dar una vuelta bastante grande para vender la carga”, agregó.
Por su parte, Alexis Tarazona confió que el Ministerio de Agricultura adopte un plan para reactivar el sector agropecuario. “Nosotros perdimos los cultivos de la vega, animales de corral, las casas están agrietadas y con las deudas en el banco que no dan espera”, recalcó.
“De la noche a la mañana quedamos en la calle, únicamente con la ropa puesta. Entonces, necesitamos la consideración del Gobierno Nacional”, precisó.
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El líder campesino Humberto Pacheco espera que los damnificados no sean olvidados en medio de la tragedia con pañitos de agua tibia. “El daño es impresionante y demora bastante. Mientras tanto, qué hacemos nosotros para enfrentar los efectos de una avalancha anunciada desde noviembre del año pasado cuando fueron sepultados cinco miembros de una misma familia en la finca Flandes de la vereda Puerto Rico del municipio de Villa Caro y nadie movió un dedo”, puntualizó.