Labriegos pierden el viaje
Cansados por los violentos, arriban al epicentro de la provincia centenares de agricultores clamando la ayuda humanitaria, pero la tramitología los tiene aburridos.
Desde el corregimiento de Guamalito, en El Carmen, llegó a Ocaña David Araque en busca de unos requerimientos en la Unidad de Víctimas, pero, aseguró, todos sus intentos en esa localidad han sido fallidos.
“Ese despacho no tiene empleados suficientes para atender la gran demanda, dicen que la otra semana van a nombrar a los nuevos funcionarios, vamos en la mitad de mayo y todavía esperando”, agregó.
Jessica Marcela Ibáñez, enlace municipal de Ocaña, reconoce que los ajustes ordenados por la Unidad Nacional de Víctimas repercuten indiscutiblemente en esta zona del territorio colombiano, pero avanzan los trámites para solventar esa situación lo más pronto posible.
Explica que los inesperados cambios de los operadores y orientadores retrasa un poco el plan de trabajo. Sin embargo, ya se está haciendo la inducción a los nuevos empleados para desarrollar la agenda pendiente.
“Desde el 2021 para evitar las extensas filas se activó una nueva metodología de agendamiento a través de las plataformas virtuales y se atiende con los 4 orientadores un promedio de 45 personas diarias de 7 de la mañana a 4 de la tarde”, precisó Ibáñez.
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