Los protagonistas
El teatrero Manuel José Díaz Álvarez manifiesta que es una conexión histórica entre el pasado y el presente, cómo a lo largo del tiempo, por la violencia, la historia de Colombia sigue siendo cíclica.
“Es un festejo a la memoria del pasado, de la independencia, de lo que sucedió aquí en Ocaña y promulgamos un cambio, un posible futuro y lo vamos a construir nosotros los artistas incluso los adultos presentes”, agrega.
En Ocaña se trabaja con chicos de danzas, de teatro y claramente alrededor de ese territorio está estigmatizado porque es una zona violenta y sí el Catatumbo es una zona que ha sido víctima de muchos horrores que ha vivido nuestro país, recalcó.
Asegura que hay semilla, vida, arte, mentes soñadoras, creativas, que aún quieren salir adelante y cambiar la historia de su territorio.
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La joven Mayerly Dayana Cruz Navas resalta este tipo de apuestas para sensibilizar a la gente a través del arte. “La experiencia ha sido gratificante ya que venimos de regiones arrasadas por la violencia, permeada por el conflicto armado y la desaparición forzada. El laboratorio permite conectar con el otro, sensibilizarnos con los semejantes a través de una exploración individual y colectivo”.
Indica que el dolor y la alegría se ven reflejados en los talleres de la creación, incluso la rabia que se alberga en los corazones, se erradica para ayudar a las comunidades. “Somos un granito de esperanza, fueguitos para avivar las llamas y aprendan a brillar con luz propia”, precisó.
El espectador José Luis Angarita expresó su alegría por encontrar las manifestaciones artísticas callejeras. “Nunca se había visto esto en Ocaña y ojalá se siga repitiendo”, puntualizó.
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