En mayo expira el plazo para definir la suerte de los campesinos ocañeros que, de manera inconsulta, sus predios quedaron perteneciendo al departamento del Cesar.
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De la noche a la mañana las cartas catastrales fueron trasladadas al citado territorio por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y hasta la fecha no se ha dirimido el deslinde con la gobernación de Norte de Santander.
Ahora, los habitantes de la zona fronteriza viven un dilema frente a la prestación de los servicios públicos y beneficios de los programas sociales del Estado.
El presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Nuevo Amanecer, Héctor Navarro, expuso la situación y solicitó a los dirigentes de la zona la intervención inmediata para dirimir el conflicto entre ambos departamentos.
“Estamos a la deriva y no sabemos qué camino tomar, pues nadie se acuerda de nuestras necesidades. Históricamente, en materia de salud y educación dependemos de Ocaña. Consideramos que es una medida muy brusca y sin estudio alguno de por medio”, señaló.
De acuerdo a los cálculos unas mil personas se verán afectadas pues a la hora de una emergencia deberán hacer tránsito para viajar a Aguachica o en el peor de los casos hacia Valledupar.
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“Toda la vida hemos vivido en esta región y ese traslado causa traumatismo en la dinámica comercial. Los impuestos son demasiado elevados y tenemos una deuda grande y es bastante crítico para nosotros”, dijo.
La última palabra la tiene el Congreso
La preocupación ronda la mente de los labriegos, pues el Congreso de la República debe tomar una decisión en el mes de mayo, de lo contrario regirá automáticamente el trazado hecho por el IGAC hace 15 años.
Instaron a la clase parlamentaria a generar los debates ya que esa decisión afecta el arraigo cultural y los beneficios de los programas del Estado. En la actualidad aparecen en la franja roja del Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, Sisbén, que permite clasificar a la población de acuerdo con sus condiciones de vida e ingresos. Esta clasificación se utiliza para focalizar la inversión social y garantizar que sea asignada a quienes más lo necesitan, sin embargo, viven en la más completa incertidumbre.
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La grave situación fue expuesta durante la elaboración del Plan de Desarrollo Municipal en el corregimiento de Pueblo Nuevo donde el alcalde, Emiro Cañizares Plata, se comprometió a hacer las diligencias de rigor para solucionar el problema. “Estamos en eso, es un tema prioritario ya que afecta a una gran cantidad de habitantes de la zona rural”, anotó.
Es un mal nacional
El exalcalde de Ocaña, economista Luis Eduardo Vergel Prada, aseguró que el problema de ordenamiento territorial no es única y exclusiva de la provincia, sino de carácter nacional.
“Desde la Constitución de 1991 se ha intentado hacer un reordenamiento a nivel administrativo, hubo muchos proyectos y se han conformado comisiones especializadas para tal fin. Sin embargo, falta mucha voluntad política, esos límites son acomodados a intereses y no ajustados a una realidad. Hemos estado olvidados contrario a lo que sucede en el Cesar, que se ha quedado con extensiones de tierra donde existe muchas riquezas”, precisó.
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