Viviendo en Nueva York hacía castings en Los Ángeles, pero la gran oportunidad lo esperaba en Miami. Así fue el momento en el que Juan Pablo Espinosa terminó protagonizando la serie cómica ‘La Fan’.

Ya sabía bien lo que era mantener un personaje protagónico en tono de comedia por su papel de ‘El Secretario’, pero este era otro nivel, que lo consolidó en el mercado latinoamericano y le siguió abriendo puertas en Estados Unidos.

Desde hace algunas semanas Telemundo Internacional ha iniciado la retransmisión de ‘La Fan’ de lunes a viernes a las 11 de la mañana, la telenovela con la que el actor colombiano logró la internacionalización de su carrera.

Juan Pablo habló desde Vancouver, donde se encuentra terminando su nuevo proyecto para Netflix.

Una buena comedia

¿Qué significa para usted ‘La Fan’, la serie que protagonizó?

Qué dicha tener la oportunidad de volver a ver este proyecto, sobre todo después de un año tan duro. Darle la posibilidad al público de ver una comedia, de tener un proyecto donde nos podamos sentar todos en familia a reírnos, que es la terapia más grande que podemos tener en este momento. Estoy muy feliz de verlo con otros ojos después de todo lo que hemos vivido.

¿Cómo llegó a este proyecto?

Mi vida parece una montaña rusa. Yo estaba viviendo en Nueva York, pero estaba en ese momento en Los Ángeles haciendo unas audiciones y me contactaron para ir a trabajar en Miami, como si trabajara para una aerolínea (risas).

En ese momento, Telemundo había emitido la telenovela ‘El Secretario’, y los directores me contactaron y creyeron que podría ser una buena opción. Después, me llama mi mánager y me dice “oye Telemundo está interesado en ti para una comedia con Angélica Vale”, y fue como ¡wow!, porque la admiraba a distancia y también hay un vínculo por Colombia, porque ella fue ‘Betty la Fea’ mexicana, entonces todos estamos conectados a través de Fernando Gaitán.

¿Sueño hecho realidad?

Ahora, que lo veo como espectador o con más distancia, trabajar con Lupita Ferrer y trabajar con una cantidad de personas en La Fan fueron sueños hechos realidad. Tener estos grandes momentos con personas que has admirado toda la vida en una producción internacional fue uno de los sueños más lindos que se hizo realidad.

¿Qué tan difícil es mantener el tono de la comedia  que pasa de  50 capítulos?

Es difícil mantener la adrenalina. Cuando comienzas estas que te actúas, todo es emocionante, todo es nuevo y estás descubriendo, pero en el quinto mes de grabar él mantener esa energía a veces es difícil, y sobre todo cuando has puesto los estándares de cómo va a ser este personaje, no puedes dejar caer la bola.

¿Qué tal el trabajo con Angélica Vale?

Hicimos una dupla maravillosa y no importaba el cansancio. A veces uno piensa que lo que pasa detrás de cámaras es más interesante que delante de la cámara porque apenas terminábamos de grabar estábamos muy cansados, pero hacíamos un chiste, contábamos el chisme del momento o así fuera tomarnos un cafecito. No parábamos de reírnos.

¿En algún momento sintió que le ganaba el ego o la fama?

Yo le doy gracias a mis papás. Mi familia no solo me ha dado todo el apoyo, si no que siempre me han aterrizado. Creo que de las cosas más lindas es saborear los momentos que te da la vida, como estar en un tapete rojo o en una ceremonia de premios, y uno se puede sentir especial, pero todo comienza por la familia.

Lo repito mucho, pero, Julia Roberts decía “soy una mujer común y corriente con un trabajo extraordinario”. Mientras uno mantenga la humildad y la perspectiva de saber que eres un simple mortal con grandes oportunidades, hay que saber agradecer, tener disciplina y no tomarse en serio esos momentos porque después de tantos años de ver tantas producciones y tantos compañeros, se te pueden ir las luces y creer que eres algo especial o mejor que otros.

¿Y qué hacer?

Cuando algo me está llevando hacia un caso disfuncional de fama, siempre está mi familia o mi pareja para aterrizarme.

¿Ha sido víctima de la locura de los fans?

Me identifico porque soy fan de muchas personas. Cada vez que iba a un concierto y poder tocar al artista, o en teatro en Brodway esperar a los actores y tomarme una foto con ellos. De repente estar en el otro lado, hay algo de simpatía y entiendo de dónde vienen.En televisión estamos todas las noches en tu casa, yo estoy ahí con tu abuela, hijo o prima hay una familiaridad, y nuestro cariño latinoamericano influye mucho. Recuerdo una vez muy particular, en Cartagena se empezó a salir de las manos la cantidad de personas. De repente se me pegó una niña que lloraba y lloraba pidiéndome que no me fuera para tomarnos una foto y me arrancó un pedazo de pelo. 

Es el cariño de pensar que hay algo inalcanzable al verte en una pantalla y cuando lo tienes en carne y hueso,  hay esta sensación de querer tocar y saber que es de verdad. Esa vez me costó un mechón de pelo (risas).
 

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