Una delegación talibana y diplomáticos occidentales iniciaron en Oslo una reunión sobre la crisis humanitaria en Afganistán, pero la comunidad internacional condiciona el regreso de la ayuda al respeto de los derechos humanos por parte de los islamistas.
La delegación de los talibanes, dirigida por su ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Muttaqi, se reunió con representantes de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, la Unión Europea y Noruega.
El encuentro, que se realiza a puerta cerrada en el hotel Soria Moria, en una colina cerca de Oslo, gira en torno a la urgencia humanitaria en Afganistán, donde millones de personas se ven amenazadas por el hambre, tras la interrupción de la ayuda internacional y con el país golpeado por varias sequías.
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"Con el ánimo de resolver la crisis humanitaria (...) continuamos una diplomacia lúcida con los talibanes, marcada por nuestro interés constante por un Afganistán estable, respetuoso con los derechos e inclusivo", dijo en un mensaje en Twitter el representante especial estadounidense Thomas West.
Ningún Estado ha reconocido por ahora al gobierno de los talibanes, islamistas fundamentalistas que fueron expulsados del poder en 2001 pero que volvieron a tomar las riendas del país en agosto del año pasado.
Noruega ha insistido en que estas negociaciones, criticadas por expertos y por una parte de la diáspora afgana, "no son ni una legitimación ni un reconocimiento", pero que era necesario "hablar con las autoridades que dirigen de facto el país".
Por su parte, el portavoz del gobierno islamista, Zabihullah Mujahid, dijo el sábado a la AFP que esperaba que estas conversaciones contribuyan a "cambiar la atmósfera bélica (...) en una situación pacífica".
Desde agosto, la ayuda internacional que financiaba un 80% del presupuesto afgano fue suspendida y Estados Unidos congeló 9.500 millones de dólares de fondos del Banco Central afgano.
El desempleo se disparó y los salarios de los funcionarios no se pagan desde agosto. Según la ONU, el hambre amenaza hoy a unos 23 millones de afganos, es decir, el 55% de la población del país y son necesarios 4.400 millones de dólares este año para paliar esta situación.