Camina, deslízate y vuela, que en tus manos llevas la semilla. No dejes que muera ¡Ay que muera! La tradición de la abuela.
Ese es el coro de ‘Ishta’, una de las canciones con la que han conquistado a sus más de dos millones de seguidores en Instagram las primas Sol Johana Ortega y Denisse Aleyda Cáceres, quienes unieron sus voces para conformar el dúo “Motilonas Rap”.
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Y con ese ritmo han venido tejiendo la historia de su natal municipio nortesantandereano Tibú, describiendo sus paisajes y exaltando la zona del Catatumbo.
Las jóvenes se sienten orgullosas de su tierra y han empezado a recorrer a Santander y Norte de Santander porque quieren ser una especie de bálsamo en medio de esa otra cara que se conoce, la del conflicto armado, la de la despensa de cultivos ilícitos.
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Se han presentado en tarimas en Bogotá, Cúcuta y participaron el año pasado en el primer festival ‘Un grito por el agua’ en San Gil, Santander y también en el Festival de la Tigra, en Piedecuesta, Santander, donde tuvieron mucha acogida.
Las primas pregonan en esa canción que “el campo me hizo cantora, la tierra mujer valiente” .
En el video aparecen, una vestida de Avatar y la otra de madre naturaleza.
Sol Ortega, “creció acompañando a su padre a las fincas para ver ganado. En esos viajes se enamoró de la vida, de la lucha campesina y de los liderazgos en los territorios”.
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Mientras que Denisse Cáceres “se formó admirando a sus padres, quienes con tenacidad y liderazgo eran presidentes en la Junta de Acción Comunal.
“Desde pequeñas nos interesamos en la música rap, en trabajar las problemáticas sociales. A través del #HipHop aportamos más allá de entretener al público”, expresó Sol Johana al canal regional de televisión TRO.
Las dos motilonas incursionaron en el rap, luego de conocer a un antioqueño que llegó a su barrio ‘Luis Madrid Merlano’, con el atuendo y la música. Al principio lo escucharon por curiosidad, pero después descubrieron que a través de este género musical podían expresar sus ideas.
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“Motilonas Rap maneja dos líneas pilares en su música, por decirlo así, y son: las raíces y la resistencia. Cuando nosotras empezamos a escribir e interpretar las canciones que hablaban del conflicto en el Catatumbo, eran muy propias del territorio, nos dimos cuenta de algo y es que a la gente le da miedo y vergüenza decir que es del Catatumbo cuando está en otra ciudad”, expresó Dennise Aleyda Cáceres.
Las motilonas indicaron que “el estigma siempre ha sido latente, porque sus paisanos han sido comparados con la guerrilla o con ser raspachines, o con que trabajan con la coca o son malos”.
Por eso sueñan romper esos estigmas a través de la música, y mostrar al mundo la cara amable y pujante del Catatumbo, especialmente, Tibú, de donde provienen estas promesas del rap.
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