Jaison Andrés Rovira Posada se ha dejado influenciar por el fútbol y la música urbana.
Desde el 2010 se convenció que los sonidos caribeños, esos atrapados por la música jamaiquina y panameña, eran su derrotero. Pero al llegar a esta zona de frontera, hace dos décadas, el verdor de las canchas de fútbol de Quinta Oriental ejercieron un magnetismo del que no se ha podido desprender.
Desde allí dio un salto al fútbol profesional y gambeteó en distintos equipos de Colombia y Venezuela. Después de 'colgar los guayos' asumió el rol de entrenador porque quería transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones. Y con el Club Titanes de Fútbol se vinculó para cumplir esa meta. Sin embargo, se rebautizó Baby Rovi en otra faceta: la música.