Londres, 29 de julio de 1981. Ante una multitud exultante y 750 millones de telespectadores, el príncipe Carlos, hijo mayor de la reina Isabel II, se casa con la tímida Diana Spencer. Una ‘boda del siglo’ que terminó en tragedia.
A sus 32 años y tras varias conquistas, el príncipe puede por fin aspirar a dar un heredero a la corona británica, gracias a su unión con esta joven aristócrata de apenas 20 años.
Durante varios días, miles de personas acamparon a lo largo de los tres kilómetros que separan el Palacio de Buckingham de la Catedral de San Pablo con la esperanza de poder ver el cortejo nupcial.
Mil agentes armados y casi 2.000 policías montados y militares se encargaron de la seguridad, el dispositivo más importante desde la Segunda Guerra Mundial.
A las 10h35 horas, “una ovación, mezclada con silbidos entusiastas, saludó la aparición, a las puertas del Palacio de Buckingham, del carruaje del príncipe Carlos con el uniforme de capitán de la Marina Real”. Le seguía, desde Clarence House, el de Diana, la futura princesa de Gales, “vestida de blanco marfil, que casi no se veía ante la cantidad de plisados, volantes, adornos de nácar, perlas y crinolina”.
A su regreso al Palacio de Buckingham, la multitud les aclamó cuando intercambiaron un beso furtivo en el balcón.
En junio de 1982, Diana dio a luz a su primer hijo, Guillermo. Dos años después nació Enrique. Aunque en un principio fue presentado como un cuento de hadas, el matrimonio fue en realidad completamente amañado. Su imagen pública escondía a una mujer herida, que sabía que su marido seguía enamorado de su amor de juventud, Camilla Parker Bowles, a la que Diana apodaba “Rottweiler”.
La relación entre ambos pronto se convirtió en caótica, con infidelidades y venganzas a través la prensa. Se divorciaron en 1996.
La trágica muerte de Diana en París en 1997, a los 36 años, en un accidente de coche junto a su nuevo amor, el rico heredero egipcio Dodi Al-Fayed, conmocionó al mundo.
Carlos se casó por segunda vez con Camilla en 2005 en una discreta ceremonia civil. Muy lejos de la pompa de 1981.
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