La muerte de Junior Renato Castañeda fue tan violenta como silenciosa, pues acabaron con su vida mientras estaba sentado en una silla en su vivienda. Fueron, por lo menos, cinco disparos en distintas partes del cuerpo que sellaron un nuevo asesinato en el área metropolitana de Cúcuta.
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Sucedió en la vereda Puerto Lleras, en la zona rural de la capital nortesantandereana, en la vía hacia Puerto Santander, donde dos criminales en una moto Suzuki GN llegaron hasta la vivienda de la víctima con la misión de protagonizar un nuevo episodio de violencia en la noche del pasado lunes, 10 de noviembre.
Los asesinos no le dieron tiempo de levantarse de la silla marrón en la que estaba sin camiseta ni calzado, con una pantaloneta azul y abajo suyo, un bidón amarillo, que resultó teñido de sangre por las heridas que le provocaron la muerte.
El cuerpo fue trasladado por una funeraria y familiares a las instalaciones de Medicina Legal en Cúcuta, donde se hizo la inspección técnica al cadáver. Según la información preliminar de las autoridades, el pasado judicial del sujeto sería la pista para iniciar las indagaciones detrás del violento crimen.
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