En los rostros de los familiares de Jesús Gabriel Reyes, conocido como ‘Quillo’, se refleja dolor, angustia y hasta resignación, mientras no dejan de orar para que él se recupere, tras recibir un impacto de bala en la cabeza, en el ataque que se registró el pasado viernes, en la trocha El Águila, que dejó a dos de sus vecinos y amigos muertos.
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El hombre, de 32 años, es el sustento de su esposa y sus tres hijos menores de edad. El único consuelo que ahora tienen es abrazarse y mantener muy firme la convicción de que su ser querido es una persona honesta, trabajadora y responsable de su hogar.
“Si uno supiera que está metido en problemas, que le gusta robar o hacerle daño a la gente, pues se entendería que le pase eso, pero él lo único que hace es trabajar para sus hijos, es reconocido por ser un buen hombre y trabajador”, explicó una de sus familiares.
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Reyes trabaja en un lavadero de carros, frente a un reconocido centro comercial. Sin embargo, el día del hecho, él le propuso a varios de sus amigos y vecinos que fueran a limpiar y a recoger un lote de ladrillos que había visto en la trocha El Águila, que está ubicada en el Anillo Vial Oriental.
Según se conoció, Jesús Gabriel tuvo la idea de llevar algunos de estos ladrillos para su casa, que es de tabla y zinc, con el fin de evitar que cada vez que lloviera se inundara la improvisada vivienda, donde vive con sus hijos.
El presagio que tuvieron sus familiares, de que este sector era peligroso y que podría pasar algo, no fue tenido en cuenta por Jesús Reyes, quien les aseguró que solo irían por los ladrillos y volverían pronto.
“Él siempre me ha dicho que debemos luchar por nuestros hijos. Desde hace mucho tiempo sueña con construirnos una casa y para eso estaba trabajando”, recordó la pareja sentimental de Jesús Reyes.