Ayer, Villa Caro fue testigo de una tragedia que dejó una cicatriz imborrable en su comunidad. Una riña que comenzó como un conflicto menor se tornó en un fatídico enfrentamiento, resultando en la pérdida irreparable de dos vidas y dejando a otras dos personas gravemente heridas.
El hecho inició a las 4:30 de la madrugada, cuando la comunidad se dispersaba tras haber disfrutado de un bazar en conmemoración a la festividad de la Virgen del Carmen, organizado por la parroquia y la alcaldía.
A una cuadra de donde fue el evento que, al parecer, tenía permiso hasta las 2:00 de la mañana y, por decisión del alcalde municipal, se habría extendido hasta las 3:40 a.m., se vivió una batalla campal.
En el sector conocido como ‘Calle del Comercio’, entre carreras 6 y 7 de ese municipio, se enfrentó un grupo de personas y, en medio de la riña, resultaron dos jóvenes muertos y otros dos heridos, luego de ser atacados con cuchillos.
Quienes presenciaron el hecho, corrieron a auxiliar a las víctimas mientras los agresores huían con rumbo desconocido. Sobre ellos, lo único que se sabe es que serían de una vereda que está a 40 minutos del casco urbano.
A pesar de haber auxiliado a los jóvenes, minutos más tarde se confirmó la muerte de dos de ellos, identificados como Luis Eduardo Salazar Santos, de 21 años, y Jesús Daniel Pacheco Pabón, de 19.
Los otros dos, César Andrés Rincón Cárdenas, de 20 años, y Luis Fernando Rodríguez Mora, de 21, al cierre de esta edición, se debatían entre la vida y la muerte.
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“La Policía Nacional desplegó un componente investigativo y de inteligencia policial para recolectar información que nos permita esclarecer lo sucedido”, decía un comunicado emitido por la Policía de Norte de Santander.
Además, las autoridades invitaron a la comunidad a brindar información que les permita identificar y judicializar a las personas que participaron en ese hecho de intolerancia.
Tras conocer los hechos, la comunidad no dudó en reprochar y lamentar lo sucedido, asegurando que “es una pérdida irreparable para dos familias de nuestro municipio”.
Sobre las víctimas, trascendió que Salazar Santos era un reconocido tatuador villacarense que estaría radicado en Bogotá. El joven comenzó su travesía en el mundo del arte desde temprana edad, trazando figuras de anime. A sus 15 años se aventuró en el tatuaje sin experiencia previa.
Mientras que Pacheco Pabón residía en Villa Caro y se dedicaría a la mecánica. El joven sería un apasionado por las motocicletas.
Aunque este medio de comunicación intentó comunicarse con el mandatario municipal, Jesús Sepúlveda, en repetidas oportunidades, no fue posible obtener una respuesta.
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