La búsqueda interminable de los familiares de Jairo Dallos Pérez acabó el pasado 30 de enero, cuando recibieron la noticia de que el cuerpo de su ser querido fue encontrado sin vida a un costado de la vía Cúcuta a Ragonvalia.
El hallazgo se produjo en la zona de Puente Alianza, a tan solo 10 minutos del casco urbano, y conforme a información suministrada por la Policía de Norte de Santander (Denor), el cadáver de Dallos Pérez estaba junto al de otro hombre identificado como Omar Jiménez, apodado el Niño.
La inspectora de Policía determinó que ambos cadáveres presentaban múltiples heridas causadas con arma de fuego, y además se conoció que estas personas, de nacionalidad venezolana, llevarían más de dos semanas desaparecidas.
Al cierre de esta edición, las autoridades policiales adelantaban la respectiva investigación para conocer con certeza los móviles que desencadenaron este doble hecho de sangre, además de las circunstancias que llevaron al homicidio de Dallos Pérez y Jiménez.
Del mismo modo, se conoció que los cuerpos fueron recogidos por encargados de la funeraria La Candelaria, y se encuentran en proceso de traslado hacia su ciudad de nacimiento.
Ambos de Rubio
Pese al hermetismo de las autoridades sobre este caso, diarios venezolanos del estado Táchira revelaron que ambas víctimas eran oriundos de Rubio, Venezuela, sin embargo aún se desconoce la relación que tenían entre sí.
Conozca: El atroz caso del niño de cuatro años abusado sexualmente y empalado en Bogotá
Según La Nación, mientras que Dallos Pérez, de 52 años laboraba como prestamista y hacía empeños de automóviles y motocicletas en las cercanías del mercado municipal, Jiménez vendía rifas por el Salón de Lectura de la ciudad.
La desaparición de Dallos
Se conoció que el último rastro de Jairo Dallos fue el pasado 11 de enero sobre las 6:00 de la tarde, cuando el hombre salió de su lugar de residencia, en la urbanización Simón Bolívar, rumbo a un billar cercano del sector El Tejar.
Presuntamente, él se despidió de su esposa y se fue en su moto Haojue, negra, placa AM7W03A, modelo 2014, a ese establecimiento comercial, al que solía dirigirse algunas veces.
Trascendió que fue su compañera sentimental quien denunció la desaparición del hombre a las autoridades de policía venezolanas, las cuales comenzaron una labor exhaustiva para dar con su paradero.
Revisando las cámaras de seguridad del billar, se pudo observar a Jairo sentado en una silla inmóvil mirando a los jugadores, sin participar en el juego ni tampoco consumiendo bebidas alcohólicas, y ese fue su último rastro hasta el pasado jueves, donde hallaron su cuerpo.
La noticia de este doble homicidio causó un gran impacto en la comunidad rubiense y los familiares y amigos de las víctimas se mostraron atónitos y profundamente dolidos por el trágico final.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion
