Desde 2022 hasta la fecha, la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) ha capturado 102 presuntos integrantes de Los AK7, una de las 20 organizaciones criminales que tienen bajo el terror a Cúcuta. De esos detenidos, 39 han sido en lo corrido de 2024 y 15 de ellos han caído por extorsión.
En la ciudad, para nadie es un secreto que esta banda criminal es la encargada de acorralar y atormentar con sus amenazas a comerciantes y transportadores de la zona céntrica de Cúcuta, donde tienen su mayor injerencia. Por eso siempre han estado en el radar de las autoridades.
Es así que desde febrero pasado de 2023, tras recibir otra denuncia por extorsión, el Gaula de la Mecuc, empezó a seguirles la pista a seis presuntos miembros de esa red criminal que sigue siendo dirigida por Jhoswar Saúl Hernández Sanabria, alias Saúl, a pesar de estar en una cárcel en Venezuela.
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Tal parece, que para este peligroso criminal no hay barreras ni forma de detener su actuar, pues todo lo que se mueve en la capital de Norte de Santander es ordenado por él: asesinar, extorsionar y vender drogas.
Aunque las autoridades les siguen la pista a los integrantes de Los AK47, hasta el momento no han podido identificar quién estaría haciendo efectivas las órdenes que da ‘Saúl’. El último líder reconocido por las autoridades judiciales fue Alejandro José Arias Alejos, alias Chueco o Cojo, señalado de ser el asesino del veedor ciudadano Jaime Alonso Vásquez Giraldo, quien fue detenido y enviado a una prisión de Bogotá.
Extorsionaban en el centro
Recientemente, con una orden de captura emitida el pasado 14 de junio, por el Juzgado Octavo Penal Municipal con funciones de control de garantías de Cúcuta, unidades del Gaula llegaron a diferentes puntos la Comuna 1 y detuvieron a Junior Ismael Campos Maican; Josman Andersy Panqueva Méndez, ‘El Flaco’; Luis Antonio Yorako Salcedo Salazar, alias El Perrero; José Caicedo Moreno, ‘Cali’ o ‘Borojó’; Yenireth Roseliany Gil Figueroa, ‘La Bellaca’, y Jhelen Katherine Bravo García, conocida como ‘La Churca’.
Las fachadas
La Policía aseguró que Junior Campos, capturado en la avenida 7 con calle 6, del barrio El Callejón, sería un líder de esa zona, además, también es señalado de ser el principal sicario y perfilador de las víctimas.
Él –según el reporte judicial- se estaría encargando del cobro extorsiones en El Callejón e inmediaciones de la Terminal de Transporte. Además, contaría con una trayectoria criminal de 18 meses y sería un subordinado de alias Saúl.
Por otro lado, Josman Andersy Panqueva fue detenido en el barrio El Páramo. “Este delincuente tenía la responsabilidad de perfilar a sus víctimas y cobrar las extorsiones, además intimidar con armas de fuego a propietarios y tenderos de establecimientos públicos. Asimismo ya presentaba anotaciones judiciales por estupefacientes y porte ilegal de armas de fuego”, sostuvo el reporte policial.
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Luis Antonio Salcedo -indicaron las autoridades- utilizaba la fachada de vendedor de comidas rápidas para guardar armas y estupefacientes. “Él delinquiría de noche, cuando sacaba su puesto y recorría la avenida 7 de Cúcuta, vendiendo perros calientes”.
José Caicedo es sindicado de encargase de guardar las armas durante el día, bajo la fachada de vender jugos. ‘Cali’, como le dicen, fue capturado cuando se encontraba por El Callejón. Tenía anotaciones judiciales por hurto, porte ilegal de armas de fuego, homicidio y fuga de presos.
Mientras tanto, Yenireth Gil Figueroa y Jhelen Bravo tendrían el rol de perfilar a las víctimas, siendo campaneras de la zona donde ejecutaban las amenazas y los cobros de extorsiones.
Y como si fuera poco, permaneciendo tras las rejas, Efrén José Astudillo, conocido como ‘Caracas’; Luís Eduardo Boscio, ‘Luisito’; Cristian Enrique Paticas y María Inés Gutiérrez, ‘La Pelirroja’, fueron notificados que serán imputados por los delitos de extorsión agravada y concierto para delinquir con fines extorsivos.
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El pago de ‘vacunas’
Las autoridades dieron a conocer que estos delincuentes estarían cobrando entre $500 mil y $5 millones semanales y mensuales a los comerciantes, transportadores, vendedores formales e informales, que tenían su negocio en el centro de Cúcuta.
A quienes no quisieran cumplir con la ‘vacuna’, los amenazaban con lanzar artefactos explosivos o disparar a las fachadas de sus negocios, hasta cumplir con el pago, como ya habría sucedido en varias ocasiones.
Si las víctimas no cumplían con el dinero, debían pagar en ‘especie’, los obligaban a dejarlos hospedar en sus negocios y así, iban bajando el valor de la cuota extorsiva.
Por estos delitos y con las pruebas suficientes, los capturados fueron enviados a la cárcel.
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