Los últimos años de la vida de Cristian Eduardo Navarro fueron una montaña rusa. Los altibajos en su relación con los estupefacientes no le permitieron alcanzar una estabilidad socioeconómica ni de salud, y, probablemente, le costaron la vida al interior de una casa.

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Fue en el barrio Cecilia Castro, cerca de la avenida Las Américas, donde Cristian llegó a una vivienda de dos pisos ubicada en la calle 17N con avenida 10, donde vivía un familiar que por temporadas le permitía quedarse.

El hombre, de aproximadamente 30 años, arribó al lugar a las 3:45 de la tarde del 10 de junio, a bordo de una motocicleta Boxer, de placa EFC 29H, que, según conocidos, era su más reciente motivo de alegría, tras mucho esfuerzo por adquirirla.

Al descender del vehículo, abrió la reja gris y subió unos peldaños, cuando una motocicleta con dos sujetos a bordo llegó al sitio. Uno de ellos, vestido de negro y con un casco oscuro, le habló brevemente y luego le disparó.

Recibió cuatro impactos de bala, uno en la mano derecha, probablemente intentando cubrirse, y tres en la cabeza, lo que le causó la muerte inmediata. Su cuerpo quedó desplomado en las escaleras, con charcos de sangre descendiendo por la calle empinada.

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Los atacantes huyeron hacia Las Américas, rumbo aún desconocido. Minutos después, los vecinos salieron a verificar lo sucedido y avisaron a las autoridades.

Patrullas de la Policía Metropolitana de Cúcuta llegaron y acordonaron la zona. La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) inició la investigación. En una casa frente al lugar, hay cámaras de seguridad, las cuales fueron revisadas de inmediato por los policías, quienes identificaron características de los atacantes e iniciaron un Plan Candado para dar con su paradero.

Por estupefacientes

Aunque aún no se confirma el móvil del crimen, la principal hipótesis apunta a un ajuste de cuentas por estupefacientes. La víctima era reconocida por ser consumidor de sustancias psicoactivas y presuntamente estaba siendo investigado por venta de drogas en modalidad de domicilio en los barrios Pizarro, La Ínsula y Cecilia Castro.

Según testigos, Cristian había logrado rehabilitarse, pero recayó hace más de un mes.

Otro elemento en análisis es la posible injerencia del grupo delincuencial Familia P, que tendría presencia en este sector.

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