Hace 36 días las autoridades judiciales golpearon la delincuencia en Cúcuta y el área metropolitana. En un operativo que ejecutaron unidades de la Región 5 de Policía, fueron capturados ocho integrantes de Los Chuecos, una de las bandas de ladrones más dura y peligrosa que ha existido en los últimos cinco años en la ciudad.
Aunque 10 días después de la acción, el general Ramiro Castrillón, comandante de esa unidad policial, habló con los medios de comunicación sobre el golpe, no fueron muchos los detalles que entregó. “Este grupo delincuencial venía ejecutando hurtos a residencias, entidades comerciales y financieras, y estaciones de servicio simulando falsos allanamientos mediante la utilización de prendas de uso exclusivo de las FF.MM”, señaló el reporte.
Y es que, según los informes de inteligencia policial, esta estructura delincuencial ha cometido más de una veintena de robos millonarios que han sido muy sonados en Cúcuta; lo peor de todo es que los ha logrado gracias al apoyo de policías corruptos.
Aunque los investigadores han recopilado demasiada información sobre esta red, solo le han podido comprobar 13 asaltos. Además, solo cayó uno de los uniformados que delinque con ellos. Entre todo lo que han obtenido está que la banda es integrada por lo menos por 14 personas que cuentan con ayuda de varios policías, quienes los protegen cada vez que van a dar un ‘golpe’ para que no sean capturados.
El modo de operar
Desde noviembre de 2016, cuando una persona se acercó a una dependencia de la Policía en Bogotá y aseguró que quería denunciar una banda de ladrones que tenía azotada a Cúcuta y otros municipios aledaños, las autoridades judiciales asumieron las pesquisas.
Lo extraño para los investigadores que escucharon al informante fue que denunciara todo en la capital colombiana y no en Cúcuta. La respuesta que la persona les entregó fue que lo hacía allá porque acá en la ciudad no se atrevía a hacerlo, pues la estructura de ladrones delinquía con el apoyo de varios policías y su vida correría peligro.
Daniel Sierra Mazo y Edwingd Rivera.
Ante eso, la Policía decidió nombrar una comisión especial y de inmediato iniciaron las indagaciones. Lo primero que conocieron es que Los Chuecos delinquían desde 2014 y que su especialidad es meterse a residencias o locales comerciales para robar grandes cantidades de dinero o mercancías; cuando no lo podían hacer, se disfrazaban de policías y simulaban allanamientos para dar golpes certeros y sin ningún inconveniente.
También se encargaban de averiguar en qué puntos de Cúcuta y el área metropolitana almacenaban droga para ir hasta allá y haciéndose pasar como miembros de la Sijín o de la policía de vigilancia, llevar a cabo falsos allanamientos. Luego se sacaban los narcóticos para venderlos en ‘ollas’ locales o enviaban todo hacia Venezuela, logrando excelentes ganancias.
Mabel Mogollón Urbina, Nidya Cáceres Rangel y Robin Castellanos.
Y quienes se encargaban de que todo salieran sin contratiempos y evitaban que fueran capturados, eran precisamente los policías que ‘trabajaban’ con ellos. “Para eso, algunas veces les prestaban radios y uniformes o si no, se hacían en las patrullas cerca al lugar que estaban robando y cuando veían un movimiento extraño o escuchaban algo, les avisaban y los que estaban adentro de las casas se escapaban”, les señaló la fuente a las autoridades.
Esta banda buscaba inmuebles desocupados cerca a los sitios donde iban a robar, para abrir huecos y llegar hasta el botín.
Una vez ‘coronaban’ una vuelta, todos los integrantes de la banda se iban a celebrar a unos establecimientos donde los conocían o se reunían en alguna de las casas de ellos, y entre trago y comida se repartían el botín. Esto lo comprobaron los investigadores porque las fuentes que fueron consiguiendo durante las pesquisas, les entregaban videos donde se veía todo eso.
Los Chuecos, según lo hallado por la Policía con las interceptaciones telefónicas que hizo, también hacían alianzas con otras bandas delincuenciales como Los Cizalla o Los Viejos (bandas que ya han sido golpeadas por la Policía), iguales de expertos en este tipo de asaltos. “Habían golpes que ameritaban mayor esfuerzo y más dedicación, por eso se unían a otros grupos de ladrones y entre todos lograban dividendos muy buenos”, señaló una fuente judicial.
Robos cometidos
El primer asalto del que tienen pruebas las autoridades ocurrió el 22 de septiembre de 2016 en el barrio Palmeras. Varios integrantes de la banda ingresaron a una vivienda y haciéndose pasar como policías, se llevaron un cargamento de marihuana Cripy. Fueron más o menos 75 kilos.
Quienes habrían cometido el robo fueron Robin, Morocho, Edwingd o Chueco, Gordo Barbas, Martínez, Fabiola y Billi. Este último era un miembro activo de la Sijín que luego pasó a ser de vigilancia, y fue a quien le llegó la información sobre ese sitio donde almacenaban la droga.
Las autoridades conocieron que la marihuana fue llevada a una residencia cercana y luego de cuatro horas fue distribuida en varias ‘ollas’ de ese sector de la ciudadela Juan Atalaya.
El segundo hurto del que tienen conocimiento los investigadores se dio el 23 de septiembre de 2016 en el centro de Cúcuta. Dos establecimientos de la calle 10 con avenida 4 fueron víctimas de esta red. En total se habrían robado más de $60 millones, entre dinero en efectivo, mercancía y equipos de cómputo y comunicaciones.
Durante las diligencias judiciales que efectuaron al otro día del hurto, los peritos se dieron cuenta de que los delincuentes ingresaron por una ventana de un baño que da a un parqueadero, donde habrían dejado una camioneta Terios estacionada y adentro se quedaron dos de ellos escondidos; después de las 10 de la noche hicieron de las suyas.
El tercer golpe ocurrió el 15 de octubre de 2016. Varios miembros de la banda llegaron a una casa del sector Islandia, en el barrio Belén, y vistiendo prendas de la Policía simularon un allanamiento a nombre de la Sijín. Los delincuentes iban por $100 millones que les habían dicho que una mujer tenía ahí, pero después de revolcar el lugar, solo hallaron $5 millones.
Cuatro hombres y una mujer que estaban en la residencia fueron amarrados de pies y manos para evitar que llamaran a la Policía Metropolitana. Para cometer el hecho usaron un carro que pertenecía a uno de los policías que delinquía con ellos.
El cuarto robo fue el 4 de diciembre de 2016, hacia la 1:00 p.m. Varias miembros de Los Chuecos se robaron más de $300 millones. Las autoridades conocieron que la banda se trajo una familia de Venezuela a vivir al lado de la vivienda donde sabían que conseguirían el millonario botín.
Durante dos meses le hicieron inteligencia y cuando vieron la oportunidad, que no había nadie en la casa, abrieron un hueco y entraron. Una vez ubicaron el dinero y las joyas de oro, las sacaron y hasta los venezolanos desaparecieron.
“Una vez terminaron se fueron a reunir en la casa de alias Viejo Daniel, en el barrio Aeropuerto, ahí repartieron el dinero y las prendas de oro”, les aseguró una de las fuentes a las autoridades.
Otro de los asaltos se registró la madrugada del 25 de diciembre de 2016 y fue a un almacén de zapatos, en la calle 8 con avenida 6, de donde se llevaron $200 millones que estaban en una caja fuerte, dinero que correspondía a las ventas de tres días.
Durante varios días los delincuentes vigilaron el lugar y observaron el movimiento de dinero, al ver que la plata la guardaban en el segundo piso, porque desde la parte externa se veía todo, planearon el ‘golpe’.
Los ladrones entraron por la parte de atrás, donde había un billar, por eso la esposa y una amiga de uno de los bandidos, el día anterior de cometerse el robo, se dedicaron a enamorar al administrador del establecimiento y lo emborracharon, hasta que perdió el conocimiento; una vez cumplieron con su misión, dejaron entrar al resto de la red, quienes abrieron un hueco en la pared.
Pero con lo que no contaban los delincuentes era que el dueño del almacén de calzado, un día antes del asalto, había sacado todo el dinero, dejando solo lo de la venta del 24 de diciembre. Ante esto, la banda decidió también robar un parqueadero donde habían dejado un carro estacionado para huir sin ningún problema.
Capturado por segunda vez
Billi Alexander Hernández García, policía que estuvo adscrito a la Sijín y luego pasó a la vigilancia en la Mecuc, ya había sido capturado en una oportunidad en julio de 2012. En ese entonces fue sindicado de estar al servicio de las Autodefensas Nortesantandereanas Nueva Generación (ANS), banda criminal que resultó ser un reducto de los Urabeños.
En total fueron 24 personas las que fueron detenidas junto con el policía. Hernández fue enviado a prisión y luego de un par de años y de avanzar dicho proceso, recuperó la libertad. En ese momento fue procesado penalmente por concierto para delinquir, pero una vez salió libre retornó a trabajar y demandó al Estado.
Les frustraron una ‘vuelta’
El 13 de abril de 2017, unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) les frustraron una ‘vuelta’ que estaban haciendo Los Chuecos asociados con la banda Los Viejos. Tres de sus integrantes fueron sorprendidos cuando abrían un hueco en una casa desocupada en la avenida 3AE con calle 13A, del barrio Caobos.
Por esta casa desocupada se metieron y abrieron un hueco para llegar a la oficina de una estación de servicio donde había $270 millones.
Los delincuentes pretendían ingresar a una residencia a sacarse un ‘jugoso’ botín que les habían dicho que había entre dinero en efectivo y joyas, pero el ruido que hicieron martillando y taladrando la pared, hizo que algunos vecinos del sector llamaran a la Mecuc y cuando varias patrullas llegaron, sus compinches, entre los que estaban dos policías que servían como ‘moscos’, no tuvieron forma de avisarles.
Ese día cayeron Robin Castellanos y los conocidos con los alias de Junior y Uribe. Uno de los informantes les contó a las autoridades que minutos después de las capturas, toda la banda se reunió en la residencia de Edwingd Rivera a analizar lo que había pasado, porque creían que tenían un infiltrado. No entendían cómo el comandante de la Sijín de esa época sorprendió en su carro a uno de sus investigadores, Billi Hernández, justo a unos metros de esa vivienda, confirmando una vez más que esa banda tenía policías a su servicio.
Lastimosamente los tres capturados fueron dejados a disposición de las autoridades competentes y horas más tarde, extrañamente, quedaron en libertad.
¿Quiénes son?
Durante los tres años de la investigación que llevó a cabo un grupo de la Región 5 de Policía, bajo la supervisión de la Fiscalía, se identificó plenamente a ocho de los 14 integrantes de Los Chuecos. A cada uno de ellos los tienen registrados en los hurtos que participaron.
Se trata de Edwingd Arturo Rivera, alias Chueco o Profe, de 56 años, quien es señalado de ser el líder de la banda; Mabel Liliana Mogollón Urbina, de 63; Daniel Ignacio Sierra Mazo, de 62, el Viejo.
Hace un mes y medio robaron una fuerte suma de dinero de esta agencia de giros internacionales.
Carlos Hemel Peñaranda, de 57 años; Billi Alexander Hernández García, de 36, alias Liliana, policía que fue destituido el día que lo capturaron; Robin Castellanos Gómez, de 45, Robin; Nidya Yaneth Cáceres Rangel, de 24; y Carlos Luis Díaz Garnica, de 29.
Todos son procesados por concierto para delinquir, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas de fuego, hurto calificado agravado y fabricación, tráfico y porte de estupefacientes. Las pruebas que hoy tiene la Fiscalía son tan contundentes que durante las audiencias concentradas todos se allanaron a cargos y hoy están prisión.