Entre el miedo, desatado por la violencia que nace de los disparos, siguen viviendo hoy los habitantes de Puerto Santander.

En lo corrido del año, en este municipio se han visto una serie de asesinatos y ataques violentos, donde las únicas que actúan son las funerarias, cumpliendo con el trabajo de transportar los cuerpos de las víctimas hasta la sede de la Sijín en Cúcuta para que hagan la inspección técnica y así empezar las investigaciones, porque la Policía allá no puede ir a adelantar la diligencia judicial.

Una noche de sangre y dolor

La noche del viernes, las detonaciones de varios disparos volvieron a ser el presagio de que algo malo había pasado.

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Y así fue. Seis hombres armados llegaron hasta la casa de José Albeiro Santana Fierro y minutos después lo asesinaron.

El ataque se registró a las 8:22 de la noche, en la calle 1 con carrera 2, del barrio La Piragua.

La Opinión pudo conocer que los hombres le pidieron a José Albeiro que saliera para ‘hacerle unas preguntas’. Pero unas cuadras más adelante, terminaron por dispararle dos veces, dejándolo tendido en una esquina.

Los disparos que le propinaron en el pecho y clavícula, fueron mortales, no hubo oportunidad para que sus familiares lo llevaran al centro asistencial del municipio.

Con dolor, quienes llegaron después de escuchar los disparos, solo se sentaron a llorar y lamentar lo sucedido.

El miedo se sintió esa noche a tan solo 10 metros del río Guarumito, que divide a Colombia con Venezuela.

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Minutos después, una funeraria se encargó de trasladar el cuerpo hasta las instalaciones de la Sijín en Cúcuta, donde los investigadores adelantaron la inspección técnica del cadáver y después lo llevaron a Medicina Legal, mientras su familia llegaba a la Fiscalía y hacía las diligencias para reclamarlo.

¿Quién manda en el municipio?

En el municipio, los ataques violentos son por parte del Eln o los Gaitanistas, que siguen atormentando y manteniendo en la zozobra a sus habitantes.

La importancia de que el territorio sea zona fronteriza, mantiene a esos grupos ilegales vigilantes para las extorsiones, el narcotráfico y el control total.

Otro hecho de sangre se dio el pasado martes, 5 de marzo, cuando en extrañas circunstancias encontraron sin signos vitales a Yudabra Benavides. La mujer estaba sobre la cama, asfixiada.

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