Los habitantes del barrio Belisario quedaron asombrados la tarde del viernes, cuando se percataron de la llegada de las unidades de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hasta la avenida 14 con calle 15, que rodea a un caño de aguas negras, donde hallaron restos humanos.
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Aunque los malos olores se volvieron costumbre y algo cotidiano para los residentes de esta zona de la ciudadela Juan Atalaya, para algunos de ellos el fuerte olor que salía de una alcantarilla no era normal, pero nadie se atrevió a mirar de qué se trataba.
“Uno acá aprendió a convivir con los malos olores del caño. Sin embargo, algunos vecinos del otro lado sí percibían un olor muy fuerte, pero nadie se imaginó que se trataba de un hombre muerto ahí”, explicó un habitante de la zona.
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Solamente hasta el arribo de las autoridades fue que se encendieron las alarmas sobre la macabra escena en este popular sector.
Los restos óseos fueron recolectados y trasladados de inmediato al Instituto de Medicina Legal, para que se adelante la identificación de la persona.
Por ahora, los investigadores tendrán que avanzar en las pesquisas para determinar si detrás de la muerte de esta persona hay un asesinato o si se trató de un deceso natural.
Microtráfico
En la ciudadela Juan Atalaya hay presencia de bandas delincuenciales dedicadas a expender drogas en diferentes ‘ollas’ y en los alrededores de los colegios y parques.
Las autoridades le han seguido el rastro a algunos reconocidos microtraficantes que delinquen en la zona, por lo que no se descarta cualquier hipótesis.
“No se sabe qué pudo haber pasado, pero acá no habíamos visto ningún movimiento extraño, por lo que nos tomó por sorpresa que encontraran esos restos”, dijo otra habitante de la zona donde se adelantó la inspección.
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