La detonación de varios disparos en un escenario deportivo del barrio Ospina Pérez generó conmoción y temor en la comunidad del sector que, al acercarse a verificar lo sucedido, se dio cuenta que la muerte había regresado.
Y es que a las 4:00 de la tarde de este martes cuando Brehiner Ladino Chacón se disponía a jugar un partido de microfútbol con sus amigos, fue asesinado de dos balazos en la cabeza.
El hecho se perpetró en la cancha ubicada por la calle 23 con avenida 4 de ese barrio de la Comuna 7 de Cúcuta.
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Varios amigos se pusieron la cita allí para jugar un partido, un plan que hacían con frecuencia, incluso, Brehiner era una de las ‘figuras’ del encuentro deportivo, pues era de sus pasatiempos favoritos.
Sin embargo, luego de saludar a sus ‘parceros’ fue la muerte la que lo saludó y despidió.
Según versiones de testigos, al escenario deportivo llegó un hombre que vestía una chaqueta negra, quien se movilizaba en una motocicleta Suzuki GN.
El sospechoso se bajó del automotor y caminó hacia su víctima sin levantar ninguna sospecha.
Al tenerlo cerca, le disparó a quemarropa y luego corrió hasta la moto para huir del lugar con rumbo desconocido, bajo la mirada impotente de los presentes.
“Unos dicen que se fue como para el barrio Camilo Daza para evadir a las autoridades, pero realmente no se sabe pa’ donde se fueron realmente”, comentó un testigo.
Ladino Chacón quedó tendido a un lado de las graderías de la cancha, sin signos vitales.
A pesar que sus amigos corrieron a auxiliarlo se dieron cuenta que ya no había nada qué hacer sino avisarle a la Policía Metropolitana de Cúcuta sobre lo ocurrido.
Las autoridades llegaron al sitio para acordonar la cancha mientras la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantaba la inspección técnica y el levantamiento del cadáver.
¿Ajuste de cuentas?
Luego de conocerse la muerte de Brehiner, se empezó a especular sobre una posible hipótesis que tendría que ver con el servicio que prestó la víctima para el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), el cual, había culminado hacía unos nueve meses.
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“Se entró a analizar si tendría que ver con eso, alguna disputa relacionada con la labor que él hacía, pero eso ya fue hace mucho tiempo y no es posible que tuviera alguna relación, así que se empezaron a considerar otras líneas investigativas”, comentó una fuente judicial.
Al parecer, tras la salida del joven del Inpec, se habría dedicado a otras cosas informales en el barrio La Ermita, lugar donde residía, y algunos sectores aledaños.
Supuestamente, Brehiner estaría amenazado por bandas de microtráfico. A pesar de la advertencia la víctima decidió hacer caso omiso.
“El muchacho se la pasaba mucho con los de la 34 del barrio La Ermita. Incluso hay un pelado que fue asesinado como en noviembre con el que mantenía de compinche”, reveló un residente de la Comuna 7.
Con esa información, las autoridades consideran la hipótesis de un ajuste de cuentas y presumen que sería Ever Carreño Corredor, alias Porras, el que ordenó el asesinato.
Iba a ser papá
Brehiner Ladino vivió siempre en el barrio La Ermita y estudió en la Institución Educativa Cristo Rey.
Le apasionaba tocar instrumentos y fue por eso que conformaba el grupo de la banda del colegio. Luego, pasó a ser parte de la Banda del Indio, futbolera.
Se conoció que su compañera sentimental, con la que llevaría varios años, estaría esperando un hijo suyo.
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