La voz de un habitante de Puerto Santander se entrecorta cada vez que se refiere a la delicada situación de orden público que atraviesa este municipio fronterizo con Venezuela.

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Precisamente, la noche del lunes, ocurrió un doble asesinato, en medio de la celebración de un quince años, cuando un grupo de al menos diez hombres, vestidos con camuflados,  botas de caucho, bobinas rojas en su cabeza y armados con fusiles, interrumpió la celebración de los familiares y amigos que festejaban entre sonrisas, tranquilidad y amor.

El terror y la preocupación se apoderó de los asistentes y uno a uno fueron apartados y llevados hasta una vivienda ubicada en la invasión Nuevo Mundo, hasta que los intrusos mencionaron los nombres de Deyvis Alexander Girón Peña de 35 años y Cristofer Johan Álvarez Silva, de 24.

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Según se conoció, cuando los agresores identificaron a las dos víctimas, no dudaron en cargar sus fusiles y dispararles de manera indiscriminada, hasta dejarlos sin vida, justo frente a la decoración de la celebración. Luego, salieron de la vivienda y, al parecer, huyeron hacia el territorio venezolano.

Los familiares de las víctimas alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta de lo ocurrido. Sin embargo, por razones de seguridad, las autoridades no arribaron al lugar del doble homicidio, por lo que miembros de una funeraria tuvieron que encargarse de los levantamientos.

Al cierre de esta edición se esperaba que los dolientes reclamaran los cuerpos para despedirlos.

Otros crímenes

A mediados de octubre, en la entrada al barrio 16 de Julio, también de Puerto Santander fue asesinado a balazos Alexander Antonio Ríos Torres de 44 años, cuando caminaba por este desoldado lugar.

Un pistolero se le acercó y lo impactó en tres oportunidades en la cabeza y un brazo. Ríos, padre de una niña de 4 años, reparaba electrodomésticos, principalmente televisores y ventiladores.

Días previos al asesinato de Alexander, también en la entrada a la invasión Nuevo Mundo, asesinaron a Gilberto Hernández Jaimes, quien era un reconocido pescador de la zona.

El lunes 4 de octubre, Dioselina Hernández Ruiz, de 54 años, fue la víctima de los violentos, que estremecieron su vivienda, en la que funciona un restaurante y hospedaje, con la detonación del balazo que acabó con su vida.

Después de cometer el crimen, el pistolero salió tranquilamente del lugar y, al parecer, huyó en una motocicleta con un cómplice. El suceso ocurrió en la entrada de la vía que lleva hacia el corregimiento Banco de Arena.

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