En Puerto Santander siguen reinando el contrabando, el narcotráfico, las balas y la muerte. Cada hecho violento deja la huella de los actores armados que mantienen la inseguridad y que se pasean tranquilamente por las calles de este municipio fronterizo, bajo la mirada inerte de las autoridades.
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Allí, la ley del silencio que se impone por el terror de convertirse en el próximo objetivo de los grupos armados ilegales, que tienen su imperio en este lugar, genera un panorama más complejo para erradicar la violencia, sumado a la falta de estrategias de seguridad de las autoridades.
La noche del miércoles fue asesinado un hombre, que hasta el cierre de esta edición no había sido identificado. La víctima presentaba al menos tres impactos de bala en el pecho y los brazos.
El cadáver fue hallado en el barrio Centro, de Puerto Santander, en una callejuela que conduce al río que atraviesa esta zona de frontera.
La víctima vestía una franelilla y una pantaloneta de color azul y estaba descalza. El cadáver quedó tendido al lado de un portón.
Hasta este lugar tuvieron que arribar los miembros de la funeraria Nuestra Señora del Carmen para levantar el cuerpo y trasladarlo al Instituto de Medicina Legal, pues ni la Policía se quiso arriesgar en ir a llevar a cabo la inspección técnica a cadáver.
La mañana de ayer, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantó la inspección técnica en las instalaciones de la Sijín en Cúcuta.
Al cierre de esta edición se esperaba que aparecieran familiares de la víctima para identificarla.
Las autoridades no conocieron mayores detalles del hecho, por lo que no se conocen los móviles ni los autores del homicidio.
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Racha violenta
En el último mes, en Puerto Santander se han registrado al menos cinco homicidios, con el más reciente.
Jesús Alexander Novoa Méndez, de 21 años fue asesinado el 22 de julio, en el sector Los Gaviones, de la vereda El Diamante, de Puerto Santander.
La víctima trabajaba en labores del campo, en las fincas de la zona rural de este municipio. El día de su muerte, salió de su casa ubicada en el barrio 23 de Abril, de esa población fronteriza, en busca de trabajo y no regresó con vida.
La noche del domingo 11 de julio, en Puerto Santander, también hubo bala y muerte por doquier. Una hora y media de diferencia fue lo que necesitaron los violentos para dejar dos víctimas en dos lugares diferentes. Al parecer, estos hechos estuvieron relacionados.
El primer caso se dio en el sector La Isla, muy cerca de la ribera de uno de los tres ríos que rodean a esta población. Eran las 8:30 de la noche y sonaron varios disparos que acabaron con la vida de Jesús Antonio Tamayo Patiño, de 22 años. El hombre quedó tendido en la calle 3 con carrera 1 del barrio El Bosque.
El segundo hecho ocurrió hacia las 10:00 de la noche, cuando un parrillero se bajó de una moto y disparó contra Diego Alberto Gómez Campos, quien departía en un bar de la vía principal, por el sector de Las Casetas.
Gómez, oriundo del estado Guárico (Venezuela), vivía con su familia en el barrio El Bosque de ese municipio del área metropolitana de Cúcuta.
Milena Rodríguez, oriunda de Tibú, fue asesinada el sábado 7 de agosto, en la invasión Nuevo Mundo.
Las autoridades indagan sobre un posible lío personal que habría desencadenado el crimen.
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