Ayer se dio un alarmante episodio que refleja una vez más la creciente violencia en la región, tras el abrupto fin del cese al fuego entre el Gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional (Eln). El brutal atentado contra una patrulla de la Policía, sacudió la vía entre Santiago y Salazar de las Palmas.

La emboscada contra el vehículo oficial de la Policía de Norte de Santander dejó a dos uniformados gravemente heridos, en un acto que aumenta la indignación y el temor en una comunidad ya golpeada por el conflicto.

Este hecho se suma a los diversos ataques que se han registrado en los últimos días en Norte de Santander, que han dejado por lo menos tres soldados muertos y otro más, heridos.

“La situación se va a complicar mucho más porque esta organización hoy no tiene ningún compromiso de cese (al fuego), lo que genera es que van a atacar y a defenderse con todas las consecuencias que esto conlleva, pero con un agravante y es que la sociedad civil va a sufrir las consecuencias de esa dinámica”, aseguró Enrique Pertuz, director de la Corporación Red Departamental de Defensores de Derechos Humanos (Corporeddeh).

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Atentado con explosivos

A las 6:00 de la mañana de ayer, ocho uniformados de la Policía del departamento salieron de Salazar de las Palmas hacia Santiago. Seis de ellos, que estaban apoyando a las unidades del municipio turístico durante el fin de semana, se quedarían, mientras los otros dos se regresarían en la patrulla.

La misión, según se conoció, era que el mayor Niky John Erazo Rodríguez, comandante de la estación de Policía de Salazar, y el subintendente Javier Polentino Lozada, llevaran a los seis compañeros hasta Santiago y, allí, llegaría una buseta a recogerlos para trasladarlos a Cúcuta, pues eran esperados en las instalaciones del comando de Norte de Santander.

Y así fue. En la patrulla hicieron el recorrido en completa normalidad. Sin sospechar de la trampa mortal que les habían preparado.

Hacia las 8:10 de la mañana, el mayor y el subintendente, al dejar a sus compañeros en Santiago, se dispusieron a regresar a Salazar a continuar con sus labores. Pero, metros antes de llegar al sector conocido como Puente Gómez, Polentino Lozada le habría manifestado a su superior que se sentía mal de salud y le pidió el favor que manejara él.

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Luego de hacer el cambio de puesto, avanzaron unos metros más y fue ahí cuando activaron la carga explosiva que estaría sembrada a orillas de la vía. La explosión acabó con todo a su paso.

En la revisión de los expertos en explosivos, se dieron cuenta que tres cilindros, cada uno con 30 kilos de explosivos, fueron puestos a un costado de la vía, en un ducto recolector de aguas lluvias, y se los detonaron al paso de la camioneta de la Policía.

En medio del aturdimiento y con la incertidumbre de que sus agresores podían estar muy cerca, el oficial alcanzó a huir del lugar del atentado. Corrió por varios metros y se adentró en el monte, logrando refugiarse para pedir ayuda.

Como pudo, llamó al Centro Automático de Despacho (CAD) para avisar sobre lo que había sucedido, desconociendo el estado en el que se encontraba su compañero, el suboficial.

Pasados algunos minutos, una ambulancia arribó al sitio y se encontró al subintendente en un estado de gravedad, pues una de sus piernas sufrió las consecuencias de la detonación, por lo que lo trasladaron rápidamente hasta una clínica de Cúcuta. Pero del mayor no había señales.

La búsqueda del oficial duró por lo menos una hora y no fue sino hasta que el hombre se percató de los helicópteros que lo iban a evacuar de la zona, que decidió salir a la vía y encontrarse con el personal de salud que le prestó los primeros auxilios.

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Al cierre de esta edición se conoció que al subintendente Javier Polentino tuvieron que amputarle su pierna y se encontraba bajo pronóstico reservado, mientras el oficial lograba recuperarse satisfactoriamente.

Rechazo y recompensa

Las autoridades rechazaron de manera contundente el ataque que dejó a dos policías, de 43 y 38 años, gravemente heridos en la vía entre Santiago y Salazar.

El coronel Néstor Arévalo, comandante de la Policía de Norte de Santander, señaló que en la zona opera el Frente Juan Fernando Porras Martínez del Eln, y que todo apunta a que ellos estarían detrás de este ataque.

“Estamos trabajando intensamente en la investigación e inteligencia para dar con los responsables de este hecho criminal”, aseguró Arévalo, resaltando la necesidad de reforzar la seguridad en la región.

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Una fuente policial aseguró que este ataque demencial se dio en represalia a varios operativos que la Policía ha adelantado en Norte de Santander.

Desde la Gobernación, se ha ofrecido una recompensa millonaria para quienes ayuden a identificar y capturar a los responsables.

George Quintero, secretario de seguridad del departamento, anunció que están dispuestos a pagar hasta 30 millones de pesos por información que permita dar con los culpables.

“Este acto de violencia no solo afecta a nuestros policías, sino que también pone en riesgo la tranquilidad de toda la comunidad. Estamos con ellos y sus familias en este difícil momento”, afirmó Quintero.

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