Una racha de violencia de un mes, que dejó cuatro hombres asesinados y una mujer herida, sentenciaron a Wilmer Andrés López Silva, alias Crustáceo, a pasar 20 años tras las rejas.

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Durante los meses de agosto y septiembre del año pasado, Crustáceo protagonizó una racha de delitos en la zona céntrica de Cúcuta, que rápidamente lo posicionó como un nombre buscado por las autoridades, quienes lograron la captura de este presunto integrante del grupo delincuencial los AK-47, en el Parque Lineal del barrio Latino, mientras extorsionaba a comerciantes.

Lo pusieron tras las rejas y pronto empezaron a relacionar su nombre con diferentes casos de homicidios presentados en este sector de la ciudad.

Al completar 10 meses en la cárcel y una profunda investigación, el hombre llegó a un preacuerdo con la Fiscalía para recibir una condena de 20 años y un mes, por participar en el homicidio de cuatro hombres y un intento de asesinato contra una mujer, todos los hechos ocurridos en el centro de Cúcuta.

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Los antecedentes

Públicamente, Crustáceo reconoció su participación en dos homicidios, el primero ocurrió el 9 de agosto en un establecimiento comercial del barrio Latino, donde habría asesinado a una persona con arma cortopunzante, presuntamente luego de torturarla, pues el cuerpo presentaba señales.
Nueve días después, el hombre habría intentado asesinar a una trabajadora sexual, de 37 años de edad, en el centro de la ciudad.

Finalmente, el 23 de septiembre habría protagonizado un homicidio que generó revuelo en la comunidad nortesantandereana, al asesinar a Francisco Contreras Carrillo, un soldado profesional del Ejército con 11 años de experiencia.

El hecho se dio sobre la una de la tarde de dicho día, Contreras estaba al interior de una cervecería ubicada en la avenida 7 entre calles 4 y 5 del barrio El Callejón, cuando el pistolero entró caminando con un revólver en la mano y lo baleó.

Contreras quedó herido de gravedad, mientras el victimario escapó caminando hasta encontrarse con un cómplice que lo esperaba para emprender la huida.

Al interior del local la comunidad ayudó a la víctima, trasladándola en un taxi hasta el Hospital Universitario Erasmo Meoz, pero por la gravedad de las heridas, el soldado falleció al interior del vehículo.

Contreras llevaba once años con el uniforme y en ese momento pertenecía a la Brigada Especial contra el Narcotráfico en Norte de Santander, durante estos días estaba de permiso, disfrutando un par de días mientras veía una capacitación en Bogotá.

El hecho fue confuso, pues la víctima no tendría amenazas, ni problemas, ni otras situaciones que pudieran advertir un hecho de esta naturaleza. La hipótesis principal es que se tratara de una equivocación, relacionada con una extorsión. Otra versión apuntaría a un lío pasional.

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La captura

Ya con un amplio historial a su nombre, el recorrido de Crustáceo continuó, y es que apenas cuatro días después, fue sorprendido repartiendo panfletos alusivos a los AK-47, con una granada en su poder.

Para su mala fortuna, los comerciantes a los que estaba amenazando, lo denunciaron y pronto el equipo Gaula de la Mecuc lo identificó en el Parque Lineal, a pesar de intentar escapar, lo atraparon poco después.

Ya en ese momento, Crustáceo contaba con anotaciones judiciales por desaparición forzada, porte ilegal de armas, tráfico de estupefacientes, lesiones personales y violencia intrafamiliar.

Desde ese momento se inició la investigación que ha terminado desenterrando su macabro pasado.

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