Las autoridades tienen pocas pistas de los móviles del ataque a bala que sufrió la tarde de ayer Juan Carlos Morales Sanabria, quien recibió cuatro disparos cuando se movilizaba en un carro Chevrolet Sail, color blanco, en compañía de su novia, por la avenida 12A con calle 23, del barrio Alfonso López, en el sector La Tomatera.
Según se conoció, un pistolero que se movilizaba en una motocicleta, se le acercó al vehículo y por la ventana del conductor empezó a disparar de manera indiscriminada.
“El agresor disparó cuatro veces, impactando a la víctima en una mano, una pierna y la espalda, luego huyó del lugar”, dijo una fuente judicial.
Los momentos posteriores se convirtieron en pánico y temor, mientras que Morales dejó avanzar unos metros el vehículo y posteriormente se bajó y pidió ayuda para que lo trasladaran a una clínica, donde hasta el cierre de esta edición, continuaba recibiendo atención.
Morales es contador público y al parecer vive en el barrio El Contento. Las autoridades indagan si el ataque obedece a la relación sentimental de la víctima.
Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta arribaron al lugar del ataque para iniciar las primeras pesquisas. Sin embargo, miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantaron la inspección en la escena del hecho, así como en el vehículo en el que se movilizaba la víctima.
Una zona del microtráfico
Cabe recordar que el barrio Alfonso López, especialmente el sector La Tomatera, donde se registró el reciente hecho violento, ha sido dominado históricamente por los microtraficantes de drogas, que mantienen un imperio de terror, financiado a través de este millonario negocio ilícito.
Audiel Enrique Isidro Arredondo, conocido como El Cabezón, es el objetivo de alto valor para las autoridades, señalado de dominar la comercialización de drogas en este sector, luego de ser golpeadas las estructuras de Javier Pérez Sánchez, alias Mamel, quien ha estado varias veces en prisión, y la de Dani Fabián Hernández Rincón, Ñuñú, detenido en la cárcel de máxima seguridad en Girón (Santander).
El poder criminal que se ronda en este sector de Cúcuta es tan amplio, que ‘El Cabezón’ tiene cámaras de seguridad y un puñado de sicarios a su servicio para custodiar los expendios de drogas, conocidos como ‘ollas’.