En la familia de Darwin Jesús Ossa Daza, también conocido como ‘Cucaracho’, hay dolor y tristeza por el asesinato de su ser querido. El hombre, de 38 años, fue baleado la noche del miércoles, mientras estaba sentado al lado del puesto de salud del barrio Claret, ubicado en la manzana 55 con lote 0.

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La víctima, según sus familiares, les había dicho en varias oportunidades que tenía miedo a salir a la calle porque, al parecer, dos bandas dedicadas a la venta de drogas se disputaban esa zona de Claret, donde él consumía estupefacientes.

“Él decía que si le compraban drogas a un ‘jibaro’, la otra gente lo ‘llevaban en la mala’, por eso a varios habitantes de calle y drogadictos les comenzó a dar miedo pasársela en Claret, por consumir la mercancía de una persona los podrían matar y cómo ya hubo asesinatos ahí, más temor le cogieron a esa zona”, dijo un allegado del hombre.

‘Cucaracho’ nunca recibió amenazas, según su familia, desde que tomó la equivocada decisión de consumir drogas, hace unos cinco años. Él trabajó como guarnecedor en el barrio Motilones para costearse sus dosis diarias, por lo que nunca robó o se metió en problemas.

“Darwin tomó la decisión de consumir drogas, al parecer, porque conoció a una persona que era consumidora y se encaminó en esos malos pasos. No era mala persona”, añadió un familiar.

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La última vez que lo vieron

Ossa Daza, según la familia, llegó la mañana del miércoles hasta una vivienda del barrio Motilones para cambiarse la ropa sucia que llevaba puesta, luego de bañarse y ponerse una camiseta blanca, tenis y un bluyín negro, desayunó y pasó el resto del día con sus seres queridos.

En la casa lo recibieron su abuela y la hija, quienes le tenían la comida y la ropa limpia lista, Darwin Jesús comió y habló con ambas mujeres hasta las 9:00 de la noche, luego les dijo que iba para la calle a hacer unas diligencias.

Él se despidió de ambas mujeres con un beso y un abrazo. Ellas sabían que las diligencias a las que se refería él, era en realidad comprar drogas y consumirlas a un lado del puesto de salud de Claret, donde es común que cada noche lleguen docenas de drogadictos.

El asesinato

A las 10:00 de la noche, del miércoles, se escucharon varios disparos justo en el sitio donde estaba Darwin Ossa, algunas personas se escondieron en sus casas por miedo, mientras otros habitantes de ese sector pensaron que era pólvora lo que había sonado.

Cuando la gente salió a la calle a verificar lo sucedido, encontraron a Darwin Jesús tirado en el piso, al lado de basura, ensangrentado y agonizante, por lo que le reportaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) de lo sucedido.

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Pero cuando una patrulla llegó, él había muerto. La hija de Darwin ya estaba ahí, porque se enteró del hecho por una llamada que le hizo un amigo de la familia que conocía a la víctima desde hace varios años.

“Ella estaba en el apartamento y salió corriendo para el lugar, en ese momento no habían llegado las autoridades, por lo que pudo abrazarlo, mientras lloraba y le decía que se levantara. Era imposible, ya Darwin había muerto”, indicó un yerno de la víctima.

Algunos testigos le dijeron a La Opinión que dos hombres, que llegaron en una motocicleta marca Bera, de color azul, se acercaron a la víctima y uno de ellos, que vestía una camiseta amarilla, sacó un arma y le disparó en el pecho, la espalda, un muslo y la pierna derecha.

El asesino luego de ver que ‘Cucaracho’ quedó agonizando en el piso, emprendió la huida, con su cómplice.

La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) arribó al sitio para la inspección técnica, recolectando ocho vainillas, que serán estudiadas por el experto de balística.

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