Revisando la historia de los teatros en la ciudad, de acuerdo con los datos consignados en las magníficas publicaciones de este mismo diario, se lee que “…Domingo Guzmán ideó, diseñó y ejecutó la construcción del teatro en 1878 y que se convirtió en el corazón cultural de la ciudad. Lideró de manera ininterrumpida el ambiente de las artes durante más de medio siglo. Años después de construido el teatro Guzmán, el general cucuteño José Agustín Berti Aranda se le asoció y con notables mejoras, y adaptándole la maquinaria adecuada para proyecciones cinematográficas, se reinauguró el 13 de noviembre de 1913, en el mismo sitio donde había funcionado y que actualmente ocupa el Centro Comercial Alejandría. El nombre cambió, al teatro se le agregó el segundo apellido del nuevo socio, renombrándolo Teatro Guzmán Berti, con el que funcionó hasta finales del decenio de los setenta del siglo XX”.
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Hasta aquí es la historia narrada y conocida hasta hoy, sólo que vamos a agregarle algunos detalles que fueron omitidos para darle una mayor comprensión de los sucesos que se desarrollaron por la época de su reinauguración.
Me atrevo a pensar que la denominación del recién remodelado teatro no se dio de manera inmediata, como se sugiere en la historia reconocida, sino que entre ambas fechas se sucedieron una serie de eventos que fueron modificando su nombre hasta que finalmente surgió la idea de renombrarlo, tal como se conoció hasta el final de sus días. Por ello, presento la versión recopilada de las noticias publicadas por la fecha del reinicio de sus actividades, una vez terminadas las obras de remodelación.
Por razones que no son conocidas pero que pueden asociarse a la nueva fecha de sus operaciones, el teatro se llamaba “1913”; así aparece en los diversos comentarios y avisos de la prensa de esos años, tal como se lee en la siguiente nota del interdiario El Trabajo de noviembre de 1913 “… la función del cine ‘1913’, dada el sábado último, fue un acontecimiento artístico con la proyección de la famosa película ‘El Camino del Perdón’, frecuentemente interrumpida por unánimes aplausos. El público, bastante numeroso, salió muy satisfecho, tanto por la cinta nombrada como con ‘La Culpa de Bebé’ y ‘Vacaciones de Polly’, ambas de interés y perfectamente claras. Firmemente creemos que ‘El Camino del Perdón’ impone un pronto bis, al cual de seguro concurrirán las familias y todos los amantes de las impresiones fuertes y de las escenas reales, conmovedoras y bien presentadas. Para esta noche se anuncia una nueva velada con el mismo programa del lluvioso domingo pasado”.
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Guzmán siguió siendo la propietaria del recinto al que nombraron a partir del reinicio de sus funciones, ‘1913’. A comienzos del año siguiente, los nuevos propietarios recibieron una tentadora propuesta de una ‘multinacional’ de esa época, para adquirir la exclusividad en la presentación de películas. Era la reconocida Casa Pathé, cuyo domicilio principal estaba en París y tenía sucursales en las principales ciudades del mundo, entre ellas Caracas y en Colombia, Bogotá y Bucaramanga.
Firmado el contrato, a partir de la fecha, el teatro será conocido con el nombre de ‘Gran Cine Pathé’ y dará películas nuevas continuamente y de gran atracción.
A partir de entonces, el ‘Pathé’ acaparó las presentaciones cinematográficas del momento, convirtiéndose en la opción más clara y solicitada por el público cucuteño. Debemos recordar que era la época del cine mudo y que éste era una verdadera novedad no solo en la ciudad sino en el mundo entero.
Da cuenta de su predominio el siguiente comentario de prensa: “…el jueves último trabajó sólo el ‘Pathé, antiguo ‘1913’, con las cintas ‘La Flor Robada’ del género romántico, ‘Demonios’, de estilo policial y ‘La Vestal’, episodio romano presentado con arte y lujo.
Entre las cintas nuevas que hemos visto ensayar, pertenecientes a la empresa del Guzmán, merece una palabra de entusiasmo la titulada ‘Flores de Amor y de Muerte’, es un drama originalísimo, de encantadoras escenas y tan bien fotografiado que se pueden apreciar hasta los menores detalles en el lienzo. Para hoy y mañana se avisan dos buenas funciones y para la próxima, cuatro superiores. Habrá pues, para escoger, a cual más, mejor”.
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Al parecer, la luna de miel con la Casa Pathé no duro mucho y el ‘Gran Cine Pathé’ dio paso al recordado Guzmán Berti que hoy recordamos con añoranza. A deducir por la nota aparecida a mediados de 1914, desapareció el Pathé y aparece por primera vez, el Guzmán Berti: “…la función anunciada por el Guzmán Berti para el jueves último, resultó doble a causa de una equivocación, pues en lugar de colocar en el aparato la cinta titulada ‘Entre el Amor y el Deber’, en dos actos, apareció ‘La Pequeña Funcionaria’, también en dos partes, viéndose obligada la empresa a proyectarlas ambas.
Claro que el teatro, ya declarado como el centro cultural de la ciudad, prestaba otros servicios como sucedió durante las fiestas de julio de 1914, en las cuales la Junta de Fiestas decidió dar al programa “la mayor suma de atractivos, proyectando un concurso de bellezas femeninas por votación popular y un premio distinguido para la gallarda elegida y además, un original baile de disfraces en el teatro Guzmán Berti, también con premio para el traje más raro y más ingenioso”.
Regresando al tema del título, el Guzmán Berti no era el único teatro a comienzos de la segunda década del siglo XX. Había por lo menos, otros dos teatros que aunque efímeros, por el avasallador predominio del más antiguo y moderno, apenas sobrevivieron unos meses. Se trata, en primer lugar, del Cine Minerva, que estuvo funcionando en el antiguo solar de la Aduana y que posteriormente fue demolido para darle paso a otro proyecto, en el que varios caballeros pudientes de la ciudad, proyectaron edificar un ‘teatro circo’, en el que se combinaría, al fondo, un circo de toros y un teatro, con un edificio de dos pisos al frente.
Por último, el teatro Royal, del que sólo se tienen datos fragmentarios que no aportan mayores detalles, pero que, en las mismas fechas, vimos citadas notas como: “… el Royal estuvo bastante concurrido en sus nuevas exhibiciones de las últimas noches y las cintas, escogidas y de sensación, no sólo por su fondo sino por su trama, agradaron como era de esperarse”.
Redacción:
Gerardo Raynaud D.
gerard.raynaud@gmail.com
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