En el segundo día del Encuentro Internacional de Migraciones realizado en Cúcuta, tuvieron lugar temas como paz, postconflicto, enfoque territorial e integración, en el marco de los procesos migratorios por los que atraviesa día a día la capital nortesantandesatandereana como una zona transfronteriza, en aras de analizar y exponer la importancia de su implementación.
Durante el panel La integración a partir del enfoque territorial, una de las temáticas abordadas fue la de ‘Ciudades Incluyentes, Comunidades Solidarias’, el proyecto de Urbanismo Táctico que permite realizar intervenciones ligeras, de bajo costo y rápida implementación y que se viene desarrollando en sitios estratégicos de los barrios Manuela Beltrán, Brisas de los Andes y Las Delicias, en la ciudad de Cúcuta y en el sector de San Martín, en Villa del Rosario.
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Bajo el liderazgo y apoyo financiero de la Unión Europea, organizaciones como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), vienen sumando esfuerzos para reducir las vulnerabilidades de la población migrante, derribar las barreras raciales, incentivar la prosperidad de los entornos urbanos y lograr la integración de las comunidades migrantes y de acogida.
Para Roi Chiti, coordinador de ONU-Habitat para los Países Andinos, hay que empezar a ver la migración como una oportunidad. “Este es un programa integral, por lo tanto, reconocemos la importancia de trabajar en políticas nacionales, que eliminen poco a poco las barreras de acceso a los derechos de toda la población incluida la población migrante. Así mismo, reconocemos que es muy importante trabajar en los territorios con planes específicos al interior de las comunidades, impactando la calidad de vida de todos los habitantes”, indicó.
De igual forma, el enfoque comunitario y territorial tuvieron un papel especial a la hora de hablar sobre las oportunidades y retos que se tiene para garantizar los derechos tanto de las personas migrantes, retornadas y de acogida, como de aquellas que firmaron el acuerdo de paz o se han visto afectadas por el conflicto armado colombiano en su proceso de movilidad humana.
Nohora Mantilla – Asociada Senior de protección Oficial de Protección Sub Oficina Nororiental del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados - ACNUR, explicó como el enfoque comunitario lleva a que las comunidades se empoderen autorreconociéndose, analizando y construyendo rutas para identificar y caracterizar las zonas de una forma correcta a la hora de hacer incidencia. Todo esto a través de alianzas estratégicas con entes de control y organizaciones humanitarias.
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Uno de los principales retos para la integración, según lo mencionaban los ponentes, no es solo la reducción de la xenofobia, también es la garantía de los derechos para mejorar la calidad de vida en todos los ámbitos que implica residir en otro país, haciendo accesibles los servicios básicos como agua y luz y creando una conexión eficiente entre los diferentes espacios que necesitan comenzar a incluir la documentación reglamentaria de quienes vienen de otro país en establecimientos que ofrecen servicios y bienes.
Como lo mencionaba Luis Carlos Velásquez, Gobernador del departamento Caldas, “los servicios públicos son el lenguaje contemporáneo para el desarrollo” y van de la mano a la tarea que tienen los gobernantes de incluir a migrantes, retornados, comunidad de acogida y firmantes del acuerdo de paz en sus planes de desarrollo, para así poder crear políticas públicas en pro de una Colombia y Norte de Santander más justo.
